Los mayores de Cangas celebraron ayer su día con una fiesta en la que no faltó la música y la buena gastronomía gallega. A pesar de que estaba prevista la asistencia de 400 personas a la cita en Darbo, el excesivo calor hizo que la cifra se redujese considerablemente. Precisamente las altas temperaturas hicieron que la sombra natural de los árboles fuese el sitio escogido por la mayoría de los asistentes para disfrutar de la mayor parte de las actividades programadas, entre las que se incluía una buena sesión de baile.

La iglesia de Santa María de Darbo estuvo repleta de devotos, entre los que se encontraban miembros de la corporación local, encabezada por el alcalde de Cangas, José Enrique Sotelo. También acudió al destacado evento la edil de Benestar Social, Dolores Gallego, que estuvo junto a los representantes de las asociaciones de jubilados y pensionistas del municipio. El evento comenzó a las once de la mañana con una misa solemne, que contó con el tono coral de la agrupación Santiago de Cangas. Acto seguido, se realizó la entrega de obsequios a los participantes mayores de ochenta años, con una mención especial a Isabel Otero, de 96 años, y Ángel Núñez, de 87 años. Ambos recibieron con orgullo el reconocimiento por ser los más longevos en el acto y, minutos después, se dio inicio a la comida de confraternidad bajo la sombra.

Las empanadas, el pulpo y las tortillas fueron unos de los platos más numerosos dentro del banquete. También hubo lugar para el buen vino, los licores y los postres caseros, que estuvieron en la mesa hasta la sesión de baile, que se prolongó durante toda la tarde. El grupo Salsa Costa se encargó de imponer su ritmo.