El estudio de impacto ambiental del proyecto eólico de Domaio desvela que zonas tan destacadas en el plano histórico y geográfico de Moaña, como Chan da Arquiña, se verían inevitablemente afectadas por esa construcción. El documento presentado por Enel Green Power a la Xunta y al Concello, y que está siendo estudiado por diferentes colectivos vecinales, ecologistas y también por técnicos de Urbanismo, plantea un exhaustivo plan en el que se concreta que existen catorce elementos patrimoniales dentro del área de afección, de los que nueve se verán impactados "de alguna manera" por la obra, ya que se encuentran a una distancia inferior a los dos kilómetros.

La propuesta se encuentra en fase de exposición pública durante treinta días, e incluye una investigación detallada sobre las posibles consecuencias futuras de la instalación del parque eólico, que sí afectaría en el plano visual desde muchos puntos de la comarca. De hecho, varios yacimientos arqueológicos tendrían que convivir con la presencia de los 14 aerogeneradores, elementos "dominantes en el paisaje".

En el informe de impacto arqueológico elaborado por Zeta Arqueoloxía por encargo de Enel Green Power se especifica que el entorno de Chan da Arquiña sufriría un impacto "moderado", ya que la actuación contempla la construcción de un vial ubicado a unos 89 metros al sureste del tumulto. La zanja de cableado está proyectada por el lado contrario a la carretera de acceso, lo que no supondría demasiados problemas. No obstante, reconocen que las obras podrían afectar al entorno inmediato del dolmen, por lo que prevén una serie de medidas correctoras. Aseguran que no es necesario balizar el tumulto al estar ubicado en una zona de recreo, no obstante, proponen que se realice un control arqueológico "intensivo y presencial de las obras".

Existen seis zonas que sufrirían un impacto considerado "severo", ya que las obras se realizarían en un entorno muy cercano y sería necesario incrementar la vigilancia para evitar consecuencias negativas. Este es el caso de la mámoa de Chan da Fonteseca o Lagucheiros, así como el río Noias, el petroglifo de Outeiro do Gorgullo o los restos del camino empedrado. Los expertos recomiendan seguir un estricto control durante la realización de las obras para construir el parque, sobre todo en la fase de replanteo y de remoción de tierras.

Dentro del equipo de trabajo se plantea la inclusión de un grupo de arqueólogos que revisarán el proceso para cuidar los elementos actuales y proponer medidas en caso de encontrar nuevos elementos históricos de gran valor ocultos tras la vegetación o bajo tierra. Las estructuras señalizadas en el estudio estarán protegidas de forma continua mediante balizamiento y el control exhaustivo de los expertos.

En caso de que se realice la actuación, que actualmente está en el aire y pendiente de que el Ministerio de Industria decida sobre el futuro de las primas a las eólicas y la aplicación del impuesto de Transmisiones, se proponen otro tipo de alternativas para resaltar el encanto de la zona. En lugares como Chan da Arquiña, por ejemplo, se plantea una mejora del área recreativa y del firme del vial de acceso , así como la posibilidad de proponer a la Dirección Xeral de Patrimonio algunas actuaciones con el fin de mejorar el aspecto de los yacimientos arqueológicos. Además, hacen hincapié en realizar rutas de senderismo y bicicleta y programas divulgativos, que se obtendrían mediante la firma de convenios con distintas administraciones o empresas.