Sapos, culebras, brujas de cuento y malvadas arañas se colaron ayer en todos los centros escolares de la comarca. O Morrazo celebró el día grande de Samaín gracias al ingenio de los más pequeños de la familia, que llenaron de detalles terroríficos todas las aulas. La gran mayoría de los alumnos lucieron trajes con detalles horripilantes para recrear una fiesta que, cada año, gana adeptos. Los alumnos mostraron con orgullo el resultado de días de trabajo, en los que utilizaron calabazas y mucho ingenio para crear adornos tenebrosos. Las telas de araña ocuparon la mayor parte de los decorados y, por un día, los niños mostraron su alegría por tener la clase repleta de arañas. Los relatos de miedo no faltaron en ninguno de los centros, en los que los profesores comentaron en qué consiste esta celebración. Muchos de los pequeños aprovecharon las reuniones para degustar dulces típicos de las fechas.