El humor llega a Cangas de la mano del polifacético Dani Mateo. Empezó su carrera como colaborador en varios espacios radiofónicos, pero su rostro se dio a conocer en televisión como presentador del programa "Noche sin tregua", de la Paramount Comedy, y con la colaboración en "Nuevos Cómicos", de la misma cadena. Demostró sus cualidades como actor en la serie "La familia Mata" y colaboró durante varios años con "Se lo que hicisteis...", programa de La Sexta que lo lanzó a la fama. Ahora empieza una nueva etapa al lado del Gran Wyoming en "El Intermedio". Dani Mateo estará en el Auditorio de Cangas este sábado desde las 20.30 horas. Las entradas pueden comprarse a través de la web www.servinova.com.

–¿Con qué se encontrará el público que acuda el sábado al Auditorio?.

–Con una evolución natural de mi anterior espectáculo. Intentaré hacerles un examen de conciencia para que logren la salvación del más allá. Puedes ser un cabrón toda tu vida y a última hora arrepentirte. Te apuntas a una religión a última hora y siempre cuela. Además, juego en casa porque es un tema que los gallegos lleváis en la sangre. Incluso tenéis seres del más allá como Fraga, que ha ido y vuelto varias veces.

–Repite experiencia en Cangas, por lo que ya conoce al público gallego. ¿Es más exigente que el de otras comunidades?

–Es más sincero, el gallego no te regala la risa. Aquí se ve la división entre el norte y el sur: en el sur puedes hacer una mierda de espectáculo y se ríen igual. Pero aquí si no les gusta no responden. Traigo a Galicia el texto nuevo para ver si funciona. Si aquí no gusta, lo tiraré a la basura porque está claro que no sirve para nada.

–¿Y si no consigue hacerlos reír?.

–Tendrán la satisfacción de ver a un hombre suicidarse en directo, que siempre queda muy bien. La otra opción es empezar a invitarlos a alcohol. Me han dicho que el licor café es mano de santo. A donde no llegue yo, llegará el licor café.

–Ha sido actor, periodista, cómico, presentador...¿cómo consigue combinar tantas facetas distintas en su vida?

–Intento no ser muy bueno en ninguna de ellas. La clave está en dar siempre el 50% de mi capacidad, para no generar expectativas que luego tienes que cumplir. Si lo das todo, cada vez te pides más a ti mismo. Yo voy a medio gas, como Guti o Djalminha que no hacían nada pero todo el mundo dice que fueron unos fenómenos.

–Su trabajo es hacer reír a la gente, ¿cree que el humor es importante en el día a día?

–Es fundamental reírse cada día, más que tomarse las cinco piezas de fruta al día (no conozco a nadie que lo haga). Cada vez nos lo ponen más difícil con todos los problemas que hay, pero nos estamos haciendo fuertes. Somos la resistencia porque estamos dispuestos a reírnos con la que está cayendo. Lo importante es la regularidad, como los que toman los yogures para ser regulares en el baño: reírse una vez al día por lo menos.