Algo mas de 2.000 personas manifestaron ayer su "indignación" por las calles de Cangas. Se cumplía un mes de la acampada de Cangas y el pretexto de ayer para salir a la calle fue rechazar el pacto del euro, que en su opinión trepana en estado de bienestar. Fue en una marcha, lenta y que a medida que avanzaba incorporaba más aliados a la causa. En la acampada de la Plaza da Palma había desasosiego a las 6,45 horas. Faltaban 15 minutos para salir la manifestación y apenas eran 50 personas las que se concentraban.

Pero bastó con que la pancarta principal con el lema de "Democracia Xa" cruzara hasta la Plaza del Concello para que, de repente, la cifra aumentase considerablemente. Partieron del lugar fijado cerca de 500 personas y en la altura de la plaza de abastos ya se contabilizaba un millar. La cifra no solo es de la organización, sino también de la Policía Local.

Subiendo la cuesta de la avenida de Bueu la cifra se había multiplicado por dos. A medida que los "indignados" avanzaban se iban incorporando más y más personas a la manifestación, que transcurrió sin ningún tipo de incidentes, en medio de un ambiente festivo, donde los participantes tomaban conciencia del movimiento 15-M. Entre las que llevan más tiempo "indignadas": dos mujeres de avanzada edad que iban en sillas de ruedas empujadas por familiares. Gloria González Martínez tiene 95 años y es la mujer de un republicano de los de antes. A su lado, también en silla de ruedas, Pilar Marcos Vidal.

Sin lugar a dudas, una de las consignas coreadas que tuvo más éxito y que ayudó a poblar la manifestación fue la de "Tanta estafa, e tí na terraza". Hubo paradas simbólicas frente a alguna sucursal bancaria y aquí los silbatos de los manifestantes soplaban con más fuerza. Se versionó la canción de los elefantes sobre la tela de una araña. Se cambió a los elefantes por banqueros y a la tela de araña por burbujas inmobiliarias. El final era el mismo: no se caían. Había cientos de pancartas, alusivas a la corrupción política y que responsabilizaban a los bancos de la crisis, "¿Crisis? Esto es una estafa" gritaban. No faltó la careta símbolo del movimiento 15-M, ni tampoco los disfraces ocurrentes. Hubo quien acudió de traje negro con corbata con un cartel en el que se podía leer "perroflauta indignado". También las había que aludían a la violencia. "Violencia es cobrar 600 euros al mes". Su poca afinidad con los políticos quedaba patente en canciones como "entre rosa e javiotas nos teñen por idiotas".

La propia organización quedó sorprendida por el éxito de la manifestación, que concluyó en la Plaza de A Palma entonando a todo volumen la Novena de Beethoven, La idea fue original, porque hizo subir la bilirrubina.

Al final se leyeron varios comunicados. En ellos se aseguraba que estaban acampados por los que no podían salir a la calle y protestar. Uno de los portavoces anunció que las acampadas se levantarían, pero no para irse, ni porque todo se acabe, sino porque esto acaba de empezar. "Podemos pasar a actuar desde nuestras casas, separados, pero más unidos que nunca, investigando, formándonos, hasta que esto dé un giro de 360 grados. porque menos no nos vale".

Los "indignados" de Cangas se mostraron satisfechos con la movilización. con el respaldo de la gente.