El gobierno de Cangas está decidido a actuar con mano firme con los responsables de los establecimientos que incumplan los horarios de cierre estipulados y provoquen ruidos que interrumpen el descanso del vecindario. En esa situación está un local del barrio de O Forte que ya fue cerrado de forma temporal en dos ocasiones y sigue provocando protestas, tanto por la actividad interior como las concentraciones a deshora en el exterior. A la tercera, el cierre podría ser definitivo, si no existe una determinación clara de los titulares de cambiar de actitud. Y el método se aplicará con todos los establecimientos que mantengan esa línea.

En las últimas semanas las quejas por cierres intempestivos de locales y ruidos en el interior y exterior de los mismos han seguido produciéndose. Varias de ellas se refieren a un bar de la calle Soage Jalda, en el entorno de la Avenida de Marín, que ya estuvo cerrado y fue reabierto, regresando las denuncias vecinales a la Policía Local y al departamento de Urbanismo.

Los técnicos recuerdan que los bares no pueden estar abiertos después de las 2:3o horas, media hora más los fines de semana; las cafeterías deben cerrar antes de las tres de la mañana de lunes a miércoles, y media hora más los días siguientes. Los pubs no pueden mantener la actividad más allá de las cuatro de la madrugada o las 4:30 los fines de semana, y el tope los marcan las dos locales con licencia de discoteca, que pueden estar hasta las 5:30 horas, pero no es infrecuente que sigan con "movida" varias horas después. El Concello se lo ha vuelto a advertir, por escrito, en los últimos días.

Pero no todos los locales denunciados incumplen la norma municipal. La empresa especializada Virocem realizó recientemente controles en dos locales de las calles Lirio y Ferrol que acumulan varias denuncias, y los resultados de las mediciones están en los límites legales, por lo que la única vía para los vecinos es acudir al juzgado.