Después de mucho tiempo esperando, de horas encerrado en su despacho, el interventor del Concello de Cangas finalizó los trabajos de liquidación del presupuesto municipal de 2005. Sus conclusiones no pueden ser más sorprendentes, a la vez que alarmantes; de hecho, advierte a la corporación de la peligrosa situación económica por la que atraviesan las arcas municipales. Sus datos constatan que el Concello de Cangas liquidó las cuentas de 2005 (el PP gobernaba Cangas en ese momento) con 6.674.655 euros de déficit (más de 1.100 millones de las antiguas pesetas), lo que supone multiplicar por cinco el de los dos años anteriores. En 2003, las pérdidas fueron de 1.353.712,75 euros y en 2004, de 1.355.046, 24 euros.

Precisamente, este cierre presupuestario, que supone un récord en el déficit municipal, coincide también con un el año que más ingresos se generaron. En este sentido, la recaudación presupuestaria se incrementó en un 86% respecto a 2002. Se pasó de 11.773.494.48,48 euros en 2002 a 21.973.882, 86 en 2005. Es la época de las "vacas gordas" en el sector de la construcción, y los ingresos por licencias y el denominado Impuestos de Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO) se disparan. Mientras en el año 2003 se habían recaudado 773.147 euros a través del ICIO, en el 2005 se ingresaron 1.373.521 euros; además, el ejercicio de 2003 se cerró con 189.166 euros de ingresos por licencias, y de 290.137 en 2005. Según se desprende de estos datos, la bonanza económica no impedía que el déficit se multiplicara por cinco y que generara un número no menos sorprendente de acreedores, que reclamaron al Concello la nada despreciable cantidad de 2.157.168, 28 euros. La deuda con acreedores pendientes de pago de presupuestos cerrados anteriores a 2005 alcanzaba los 2.254.906, 90 euros.

El informe de intervención no hace valoraciones, pero sí advierte de que la situación económica del Concello de Cangas es acuciante. Quien sí las hace es el concejal de Facenda, Xosé Xoán Santamaría. Afirma que es muy difícil explicar como el año de mayores ingresos coincide también con el de mayor déficit presupuestario de Cangas y es consecuencia de una política de despilfarro por parte del gobierno del Partido Popular, presidido en ese momento por José Enrique Sotelo. Santamaría repara en que el 2005 es el año en el que se firman los famosos convenios urbanísticos de Massó y Aldán, por los que se obtienen 3,5 millones de euros, que en teoría iban a ser destinados a la construcción de una piscina climatizada, pero que después se demostró que fue utilizado para "tapar non buratos, senón grandes socavóns", ya que es una obra que aún hoy se encuentra paralizada después de que la empresa constructoras, ante los impagos del Concello, decidiera plantar los trabajos. Ahora existe un convenio entre el Concello y la Xunta para terminarla, aunque no hay fecha fija para la ejecución del proyecto modificado.

Auditoría innecesaria

Para el edil de Facenda, Xosé Xoán Santamaría, la liquidación presupuestaria del 2005 ofrece datos que hacen que el gobierno local se piense en abandonar aquella idea de realizar una auditoría que tanto se barajó a principios de mandato. El concejal nacionalista considera que el informe realizado por el departamento de Intervención municipal es un documento objetivo y muy revelador de la situación económica que padece la institución local. Santamaría también señala que a principios de mandato se había cifrado la deuda de Cangas en 22,5 millones de euros, con 6,7 millones pendientes de cobro y 8,4 millones que se le adeudaba entonces a la Seguridad Social.