Los vecinos de los concellos de O Pino y Touro, amenazados por la apertura de una mina de cobre promovida por la empresa San Rafael, entregan esta mañana en el registro la Xunta un escrito para trasladar a la Dirección Xeral de Calidade Ambiental e Cambio Climático, así como a Augas de Galicia, su preocupación por la actividad que desempeña TEN SL, la firma que se encarga de gestionar los residuos en la corta de Arinteiro, en la mina de Touro que estuvo activa hasta 1986. Entre los residuos que se tratan se incluyen lodos de depuradoras (tanto urbanas como agroindustriales), así como de actividades mineras, de construcción y de demolición. A esta zona van a parar también cenizas de hogar y subproductos de la industria agroalimentaria para elaborar suelos artificiales a base de tecnosoles. En este sentido, en el comunicado que se registra hoy se señala que el 90% de los tecnosoles que fabrica TEN se destinan a recuperar el espacio degradado de la antigua mina, empleando unas 43.335 toneladas actuales. Estos productos se aplican desde el año 2002, de modo que ya se usan desde hace 14 años, mientras que hay estudios científicos realizados sobre esta mina que recomiendan precaución con las dosis que se aplican, ya que se observó un incremento de metales pesados en los suelos tratados. De hecho, en la corta de Bama se puede percibir cómo los espesores de tecnosoles se deslizan por las laderas debido a las lluvias intensas de las últimas semanas. Donde terminan tanto las cortas de Bama como de Arinteiro los vecinos poseen prados de cultivo. Hay, además, riachuelos que vierten en el Ulla.