El tiempo acompañó, pero el hecho de que cayese en sábado mermó la afluencia de asistentes a la XXVI Feira Gastronómica do Chourizo que organizó, un año más, el Concello de Vila de Cruces y coincidiendo con su mercadillo ambulante bimensual. Se notó la falta de los alumnos de los colegios del municipio, que solían dar buena cuenta de los chorizos asados a la parrilla. Sí asistieron, como es costumbre, los estudiantes del IES Marco do Camballón, que pusieron a la venta buñuelos y bizcochos que ofrecieron así a los asistentes una nota dulce con la que completar la degustación de chorizos a la parrilla. Los fondos que recaudaron se destinarán a cubrir los gastos de su viaje de fin de curso a Malta.

Cruces adquirió en torno a 200 kilos de este producto, que pasa por ser el más representativo de la matanza (con perdón de todos los ingredientes del Cocido de Lalín). Las 6.000 unidades comenzaron a prepararse poco después del mediodía, cuando suele producirse la mayor afluencia de compradores en los puestos de venta ambulantes. En esta feria gastronómica, igual que en la de la Castaña (que suele celebrarse en noviembre), tampoco faltaron los reclamos de los productores locales de alimentos de huerta, y algún que otro artesano de objetos en cuero o cerámica.

Con este tipo de feria, Cruces quiere rendir un homenaje a los productos típicos de las tierras dezanas. El municipio, además, a lo largo del año cuenta con otros dos eventos gastronómicos, centrados en el gallo de corral: la feria del 22 de diciembre, en la que se venden piezas para las comidas navideñas, y la fiesta gastronómica del último domingo de año y que es, sin duda, la cita más multitudinaria.