Obtener una respuesta clara y concisa a una pregunta relacionada con el centro ictiogénico del Ulla, construido en la parroquia estradense de Couso, resultó durante largo tiempo una misión casi imposible. Durante años nadie parecía saber nada al respecto. El silencio ha venido siendo la tónica dominante en las administraciones municipal y autonómica ante la cuestión de qué sucede con unas instalaciones que, con más de una década de historia, ni siquiera se han llegado a estrenar. Fuentes pertenecientes a la Consellería de Medio Ambiente e Ordenación do Territorio disiparon ayer una de las principales dudas sobre este centro. Aseguran desde el departamento autonómico que esta piscifactoría "nunca fue entregada a la Xunta".
Nunca hasta ahora se había aclarado abiertamente este aspecto, asegurándose durante largo tiempo que la instalación sería gestionada y mantenida por el gobierno gallego a través de la Consellería de Medio Ambiente pero sin que llegase realmente a aclararse si se había formalizado la cesión para que la Xunta comenzase a asumir estas competencias.
Las mismas fuentes recordaron en la pasada jornada que la instalación fue construida hace años por Unión Fenosa, siendo uno de los objetivos perseguidos la creación de un centro que permitiese repoblar "gran número de salmones en el río Ulla". "Tras estudiar diversas localizaciones" -detallan desde la Dirección Xeral de Patrimonio Natural- finalmente "Unión Fenosa eligió un lugar en la parroquia de Couso, cerca de la unión del río Vea con el Ulla". Aunque la instalación se construyó -los datos de la Xunta apuntan a 2004- nunca llegó a estrenarse. "A día de hoy" [por ayer] "sigue perteneciendo a la empresa hidroeléctrica", se indicó desde Medio Ambiente.
Pacto Ambiental
La construcción del centro ictiogénico del Ulla fue promovida hace años en el marco del Pacto Ambiental entre Unión Fenosa Generación y la administración gallega en Producción Hidráulica de Galicia para dar respuesta, según se apuntó en su momento, a los objetivos del Plan de Ordenación de los Sistemas Acuáticos ideado en aquel momento por la entonces Consellería de Medio Ambiente.
Tras años de espera con la obra acabada, en 2009 la Xunta -a través en ese momento de su departamento de Medio Rural- indicó que Unión Fenosa ya había realizado la donación de este equipamiento al gobierno gallego, correspondiendo a este la gestión del expediente de cesión y elevar al Consello da Xunta la aportación, ya que sería a este órgano al quien correspondería acordar la asunción de esta propiedad. Se indicó entonces que a partir de ese momento las instalaciones ya podría entrar en funcionamiento. Sin embargo, las hemerotecas no responden a si este paso llegó a concretarse y, a juzgar por la respuesta dada ayer por la Xunta, parece que nunca se avanzó en este sentido.
Desde que la obra se concluyó en la parroquia de Couso, nadie parece haber querido ponerse en la foto para inaugurar unas instalaciones en un principio llamadas a repoblar de salmones el Ulla, precisamente en un municipio con una gran tradición salmonera. Durante años han sido reiterados los anuncios de intenciones -cuestionando incluso la finalidad original del centro-, sin ofrecer plazos ni explicaciones sobre por qué no se puso en marcha la instalación. Mientras, la imagen que ofrece el centro es la del abandono, con unas instalaciones constantemente amenazadas por la maleza y los amigos de lo ajeno.
La obra lleva años acabada. Tanto es así que ya casi cuesta recordar cuándo comenzó la construcción, para muchos ya caída en el olvido aun cuando ni siquiera logró estrenarse. Se impulsó en el año 2005 y el propio cartel -testigo en el recinto del paso del tiempo y sus efectos- le concede un plazo de ejecución dentro de ese mismo año. La inversión rondó los 600.000 euros y en algún momento llegó incluso a hablarse de 700.000.
En agosto de 2005 se daban los últimos retoques a la obra. El centro se concibió con un edificio principal con una planta de 25 por 11 metros y otros tres de altura. Para él se pensó una sala de incubación y un laboratorio ictiogénico, completamente dotados. A ello se añadiría una sala de tratamiento de agua, donde se desinfectaría y se enfriaría para lograr las condiciones óptimas para la incubación de las huevas de salmón. El complejo se completaría -según se precisó en su día desde la eléctrica- con una cámara frigorífica y una zona destinada a las dependencias administrativas. Por otra parte, en su zona exterior, la piscifactoría de salmones del río Ulla se ejecutó con un grupo de 64 tanques de intemperie, con una capacidad unitaria de 5 metros cúbicos. En ellos se mantendrían los alevines y los salmones reproductores. El conjunto de tanques se concibió provisto de su propia red de abastecimiento. Se llegó a decir que esta piscifactoría estaría capacitada para incubar un millón de huevos de salmón al año.
Sin embargo, después de casi 13 años, las instalaciones no guardan parecido alguno con lo que un día se pensó que serían, en la medida en que la maleza ha campado a su anchas durante años y que han de sacudirse, no sin esfuerzo, la huella del abandono. El BNG de A Estrada denunció en reiteradas ocasiones la situación de esta piscifactoría. La última vez fue a finales del mes de noviembre, momento en el que la formación aportó varios documentos gráficos sobre el estado del centro. "El abandono y la pasividad de las administraciones, tanto Xunta como Concello, facilitan y permiten el robo y el saqueo de este centro", apuntaron los nacionalistas.
