-¿Cuánto tiempo suele estar en la comarca dezana cada vez que viene a visitar a su hermana?
-Llevo viniendo a visitarla regularmente cada año desde que ella se casó hace 17 y formó su familia en Lalín. Suelo estar entre 30 y 50 días de visita y ayudando. Tú sabes que en la vida sacerdotal el turismo es algo poco habitual porque sacerdote se es siempre y para siempre. Recuerdo que un arzobispo amigo, en el seminario, nos enseñó a todos que uno tiene vacaciones, pero no de la vida sacerdotal ni de las obligaciones propias de su condición religiosa.
-¿En qué consiste su colaboración con la Iglesia lalinense?
-Mientras esté aquí ayudo también a algunas parroquias de la zona. No olvides que la fe la recibimos allá desde aquí en el proceso de evangelización, y ahora de lo que recibimos lo compartimos aquí. En esta zona hay varios sacerdotes a los que he ayudado en su trabajo pastoral y en todo lo que hiciera falta. Ahora mismo estoy ayudando a don Marcos, aquí en Lalín, a don José, el rector de O Corpiño, y a otros más. De esta forma, ellos se liberan un poco de sus obligaciones y a mi me sirve para celebrar la misa a diario para cumplir con mis obligaciones.
-¿Le preguntan mucho en Lalín por lo que sucede en su país?
-La gente se preocupa mucho. Y una cosa que me preguntan es cómo podemos vivir con eso. Y yo les digo que no lo permitimos, que van más de 110 jóvenes muertos, mucha sangre derramada, y eso es porque los venezolanos no queremos vivir de esa forma. Si por estar con el pueblo y sentir lo que siente el pueblo, la Iglesia es perseguida, sangre de mártires semilla de cristianos. Siempre tenemos que estar con nuestro pueblo y no tenemos miedo. Ahora ellos quieren hacer una Asamblea Nacional Constituyente que va a modificar la Carta Magna en la cual ellos pretender hundir sus raíces para instaurar una dictadura. Nosotros, los venezolanos, no lo vamos a permitir porque, como te decía antes, ahora no tenemos miedo ninguno.
