Vinculada desde hace décadas al mundo agrario, en febrero de 2015 Carmen Canda decidió poner en marcha Xestión Rural Galega, Xeruga, una gestoría en la que junto Elías Fernández ofrece servicios como la tramitación de la renta y la PAC, medición de parcelas o seguros agrarios, amén de cursos fitosanitarios.

-¿Por qué no cuaja la cotitularidad en las granjas de las comarcas?.

-Creo que el motivo es el desconocimiento de la norma. Nunca vi una noticia, por parte de la administración, en la que se fomentase este tipo de tramitación. Y la verdad es que, para pasar a ser cotitulares, ni siquiera hace falta mucho papeleo, lo que hay que hacer es informar, algo de lo que no podemos ocuparnos solo los gestores de las pequeñas oficinas. También es cierto que ahora ya hay más mujeres que son directamente titulares, por lo que ya no es tan necesaria esa propiedad compartida.

-¿Qué problemas suponía el no figurar como titular en la granja, además del económico?

-Pues que tenías problemas a la hora de firmar un crédito o ir a la notaría, ya que dependías de la firma de tu pareja. Muchas mujeres se daban de alta en la Seguridad Social el tiempo justo como para poder cobrar una pensión. Éramos totalmente invisibles.

-Habla de la titularidad exclusivamente femenina. ¿Se incorporan las mujeres al agro?

-La verdad es que la mayoría de las mujeres que se interesan por la titularidad o la cotitularidad son chicas jóvenes, aunque a decir verdad, yo tramité dos expedientes, nada más. Esa falta de visibilidad de la mujer motiva que, por ejemplo, la mujer primero trabaje con el marido, que es el titular de la explotación, y cuando la propiedad pasa al hijo, la mujer pasa a trabajar para éste. Es muy raro que la propiedad pase de padre a hija, aunque ahora, con el problema del paro, sí hay más chicas en la granja. Pero la figura masculina sigue predominando en el rural.