A sus 72 años, Manuel Vila Sanmartín, vecino de la parroquia estradense de Tabeirós, acumula meses de sufrimiento y de intranquilidad. La necesaria operación de una hernia en la barriga ha terminado por convertirse en un calvario para él hasta el punto de dar el paso de hacer público su caso con el objetivo de la que Seguridad Social evite situaciones como la que vive en estos momentos.
Según explica Vila, le diagnosticaron una hernia avanzada en el mes de octubre del año pasado en una visita al centro hospitalario. A partir de ahí fue puesto en lista de espera. Tras un largo periodo recibió la llamada para ser operado, aunque la Seguridad Social lo derivaba a un centro concertado en Santiago de Compostela. Hace un mes, este vecino de A Estrada ingresó finalmente para solucionar un problema que le impedía hacer vida normal.
La operación salió según lo previsto y Vila afrontó el necesario tiempo de recuperación tras una intervención de este tipo. Con el paso de los días notó sin embargo que algo no iba bien. La zona operada crecía y le causaba mucho dolor, por lo que acudió de nuevo al centro concertado compostelano para ser revisado por los médicos que lo operaron. "Pasaran solo siete días desde la operación y su respuesta fue increíble. Me dijeron que igual me reventaba todo pero que no pasaba nada", explica Vila consternado.
Preocupado por su estado, el estradense acudió a un centro privado para que lo viesen. La sorpresa fue conocer que en la operación que le habían realizado no le habían colocado la maya preventiva de sujeción, que, según le informaron, es obligatoria. Esto lo convierte en una persona propensa a que le reviente la zona. Allí le quitaron además una gran cantidad de líquido y le recomendaron reposo. Desde la propia clínica privada lo animaron a presentar una denuncia en la Seguridad Social, ya que en su caso el mal ya está hecho, pero puede servir para que no vuelva a repetirse.
