La parroquia de Pedre, en el recientemente fusionado Concello de Cerdedo-Cotobade, celebró en la tarde del sábado las que los feligreses se temen que sean sus últimas confirmaciones debido a la caída poblacional y a la necesidad de concentrar servicios religiosos en núcleos poblacionales más grandes. Pero -más allá del acto propiamente dicho de reafirmación en la fe católica de cinco jóvenes de Pedre y dos de Presqueiras y Cerdedo respectivamente- el evento se convirtió en todo un homenaje al cura y al catequista de Pedre fallecidos en 2015: Casimiro Valiñas y Gonzalo Barreiro, el que durante varias legislaturas y también en la última hasta su fallecimiento fuera teniente alcalde de Cerdedo.

En un acto presidido por el vicario episcopal de Pontevedra Calixto Cobo Franco y concelebrado por el párroco de Cerdedo y Pedre, Luis Caxide,los padres, feligreses y catequistas de Pedre quisieron acordarse de Casimiro Valiñas y de Gonzalo Barreiro, convencidos de que eran "el alma del pueblo.

Lo hicieron con un emotivo discurso al que dio lectura una de las madres de los confirmandos, Iria Mourelle. Destacó la "deuda de perpetua gratitud" que contrajeron con Valiñas y Barreiro. Ellos "prendieron la llama de la fe" que "sigue viva" y permanece" en los niños a los que trataron con cariño y bromas desde su más tierna infancia. A los 5 confirmandos de Pedre Valiñas les había bautizado y también les había dado su primera comunión, tras la preparación religiosa que recibieron de Barreiro. No solo cuidaban y animaban a los niños. También hacían visitas a los enfermos. Y cuando Valiñas, ya muy mayor, acusaba problemas físicos y respiratorios que limitaban sus movimientos, saben que sacaba fuerzas de flaqueza para darle ánimos a los niños y bromear con ellos, dándoles fuerzas para seguir a ellos y a las 4 o 5 personas del pueblo a los que nunca dejó de dar misa. De Gonzalo Barreiro destacan que "era muy especial" por "su gran corazón". "Para ricos, pobres y del partido que fuese", "para niños o ancianos" "era único". Por eso , le echan "muchísimo de menos".