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Arte románico con toques del siglo XXI

El nuevo campanario de Berredo suscita debate, aunque los vecinos lo defienden

La iglesia parroquial de Berredo, Agolada, antes

La iglesia de Santa María de Berredo, en Agolada, sufrió una remodelación el pasado año. Se trata de la reconstrucción del campanario de la iglesia, un templo románico que hace tiempo vio como dicha estructura se caía, quedándose sin sus dos torres y siendo substituida temporalmente por otra de hierro forjado. Un nuevo cambio que algunos critican y que otros defienden. El debate se abrió a través de Facebook entre vecinos de la parroquia agoladense y personas interesadas por asuntos de patrimonio.

En la red social muchos comentan que, al hablar de arquitectura románica, el campanario no se puede sustituir deprisa y corriendo por otro, que se deben cuidar los materiales y respetar el estilo arquitectónico. Sin embargo, hay quienes alegan que, antes de éste, las campanas estaban sujetas por hierro y forja, ya que el anterior campanario, de piedra, había desaparecido. Por este mismo motivo, algunos piensan que el campanario ha mejorado con la nueva reforma, convirtiéndose en una estructura de piedra. "Aún podía ser peor. A veces los vecinos y el cura hacen lo que pueden, es necesario entenderlo", apunta el investigador lalinense Daniel González Alén, uno de los debatientes. La mayoría de vecinos, por su parte, se muestran muy satisfechos por el trabajo.

Hay quien pone en tela de juicio si la obra tuvo permiso del Obispado y, sobre todo, de la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural. No obstante, distintos vecinos aseguran que la reposición del campanario contó con ambas autorizaciones.

Lo que es verdad es que la iglesia ya ha pasado por varias modificaciones a lo largo de su historia. Del templo románico conserva el presbiterio y parte de los muros. En 1755, el Obispo de Lugo mandó al cura de la parroquia reedificar la parte frontal de la iglesia. Pasados unos 100 años después se les pidió a los vecinos de Berredo que colaborasen económicamente para arreglar el campanario, ya que se necesitaban 923 reales en total. Asimismo, el Libro de Fábrica informa que a mediados del siglo XIX el santuario estaba en ruina. A pesar del paso de los años y de las remodelaciones, la iglesia parroquial de Berredo continúa siendo templo de culto.

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