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Tributos municipales

Los concellos de las comarcas subieron en plena crisis la presión fiscal a los vecinos en 88 euros

La carga impositiva se notó menos en Lalín o A Estrada, que ya partían de índices altos -En Rodeiro casi se cuadruplicó

La oficina comarcal de recaudación de tributos está situada en el consistorio lalinense. // Bernabé

Las administraciones municipales tampoco han podido esquivar la crisis y la caída de ingresos en algunos capítulos relacionados con la situación económica es evidente en los últimos años. El impuesto de construcciones es un ejemplo del descenso de transferencias y también otros tributos indirectos o tasas que solo penalizan a los contribuyentes que hacen uso de estos servicios. No obstante, ajustes o revisiones de los padrones del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) e ingresos en impuestos directos, indirectos y tasas no han parado de crecer durante estos años de dificultades económicas, pasando en los nueve municipios de las comarcas en el año 2008 de los 17,9 millones de euros hasta los 22,3 de derechos liquidados en el pasado ejercicio.

Así, el promedio de la presión fiscal que ha tendido que soportar el ciudadano ha aumentado en una media de 88 euros por vecino y año. La carga impositiva es mayor en todos los municipios de Deza y Tabeirós, pero las mayores diferencias se producen, curiosamente, en algunas de las entidades de población menores. El año que marca la línea roja del inicio de la crisis, 2008, la presión fiscal media en los concellos de la zona era de 243 euros, mientras que el año pasado se disparó hasta los 331. Las dos capitales de comarca, que son las que ofrecen mayores servicios a sus ciudadanos y en muchos casos a los de villas limítrofes, son en los que este salto en la carga impositiva sobre la ciudadanía fue menor. En Lalín se partía de una presión fiscal de 385 euros por habitante y año, que subió hasta los 447; es decir, 62 euros más. La carga tributaria en A Estrada es menor, si bien la diferencia es semejante a la de la capital de la comarca vecina, con un ascenso de 69 euros. La diferencia está en la media de 211 euros anuales que pagaba un vecino de tributos y tasas antes del comienzo de la crisis y los 280 actuales.

La carga impositiva en Silleda aumentó en el transcurso de estos siete años en 83 euros, pasando de 220 a 303. Es decir, la presión fiscal en Trasdeza es un poco más elevada que en A Estrada. Vila de Cruces es uno de los casos en los que el salto es más llamativo. Actualmente un ciudadano cruceño paga tres veces más por tributos y tasas que entonces, o lo que es lo mismo, la presión fiscal partía de 154 euros y alcanzó los 305. De todas formas donde más se disparó la carga tributaria a repartir entre sus residentes fue en Rodeiro, que de los 77 euros anuales se fue hasta los 280. En Agolada la carga impositiva se incrementó en 128 euros por habitante al subir de 140 a 268 euros. En Dozón la diferencia está por debajo de la media, es de 68 euros, y la variación es de 109 a 177 euros. En Forcarei la presión fiscal sube de 191 a 268 euros y en Cerdedo pasa de 172 a 242.

Si vemos los ingresos absolutos en los presupuestos de los nueve concellos cabe indicar que en 2008 habían sido de 34 millones, pasando hasta los 52,3 ya con las cuentas del pasado ejercicio liquidadas. Así, tuvieron 18,3 millones más. En consecuencia el gasto también se vio incrementado, en concreto desde los 32,8 millones hasta algo más de 52; un alza de 19,5.

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