La situación de la política lalinense es cambiante incluso cuando aparentemente, desde hace dos meses y medio, la configuración del salón de plenos no ha cambiado. La espantada del ejecutivo, en julio, del concejal Juan José Cruz dejó al cuatripartito en inferioridad numérica, obligando al gobierno de Rafael Cuiña a depender de la oposición para sacar adelante parte de sus propuestas. En la recta final del año y con los presupuestos a la vuelta de la esquina el mandatario lanzó un ofrecimiento al PP para pactar temas relevantes de la gestión municipal y el partido liderado por José Crespo replicó anteayer que no habrá carta blanca para un ejecutivo débil.

La reacción de Cuiña llega desde varios frentes. En primer lugar defiende la gestión económica de su equipo de gobierno en este año y medio de mandato. Recurre al ahorro de unos 400.000 euros en la compra del parking subterráneo, la consecución del plan Edusi europeo por 5 millones o, asegura, que habrá una reducción de la deuda en dos millones. Afirma que si para el PP los únicos problemas son la moción de la aconfesionalidad "o el cierre de una calle peatonal" es que el balance es claramente satisfactorio para su equipo. Insiste en que su desembarco en la política local está motivado por dar solución a los problemas cotidianos de los vecinos y por eso planteó a los populares la posibilidad de llegar a acuerdos. "No es justo decir que somos un gobierno débil, ya está bien de bravuconadas, porque parece que duele que nos llevemos bien", afirma. Sobre el calificativo de "coalición de perdedores" usado por el portavoz popular José Crespo para referirse al ejecutivo local Cuiña cree que debería preguntar a los vecinos quién creen que ganó las elecciones municipales: "si uno que se presentaba por primera vez o otro que llevaba 25 años en la Alcaldía". En relación al maltrato infringido al PP desde el gobierno recuerda que los populares en el poder nunca aprobaron la contratación de un asesor para la oposición o le aprobaron mociones en cada pleno.

Por otro lado, ratifica sus afirmaciones acerca del nulo compromiso de la Xunta con Lalín y dice que así puede comprobarse en los presupuestos autonómicos de los últimos años. Si Crespo se quejó de maniobras del gobierno como la de favorecer que los vecinos de la calle Dos Lirios fuesen al pleno para dejar a su grupo en evidencia, Cuiña Aparicio remarca que no podían tolerar que les echasen la culpa de no sacar esta obra adelante, cuando fue bloqueada por la oposición. Y también afea al PP por, según él, arrogarse una obra en una pista del Plan Marco en Goiás.

En relación a las dudas que existen en el seno del PP local acerca de llegar a posibles acuerdos con su gobierno, Cuiña dice ser consciente que hay distintas sensibilidades. En todo caso reitera que nunca habló de un pacto de máximos y que también es favorable a "hablar de los temas por separado". En breve, dice, contactará con Crespo "con el que me entiendo bien y que representa a miles de votantes" para comenzar a hablar. Sí mantiene que los vecinos no tolerarían que desde la oposición se tumbasen iniciativas sin más, "porque si alguien quiere poner trabas, los vecinos se lo recordarán". "Insisto que estamos en política para arreglar los problemas a los ciudadanos", concluye.