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Fiesta en el corazón del Versalles gallego

El Pazo de Oca reúne a nobleza, política y cultura en torno a su celebración del Sagrado Corazón

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Fiesta en el corazón del Pazo da Oca, el Versalles gallego

La imponente Plaza de Oca luce engalanada y su pazo festeja al Sagrado Corazón. Todavía faltan diez minutos para que comience la misa en la capilla del palacio pero son ya muchos los que se decantan por refugiarse en la frescura de su interior. Fuera, el sol no concede tregua. Varios grupos de turistas llegan a las puertas del bautizado como Versalles Gallego, deseosos de perderse en las sombras de sus afamados jardines. Pero ayer no pudo ser. Fue el único día del año en el que se cierra el vergel del Pazo de Oca. No será hasta las 19.00 horas cuando vuelvan a abrirse las puertas en el día en que esta casa ducal celebra su fiesta del Sagrado Corazón.

Minutos después de las dos de la tarde, el repicar de campanas anuncia la salida de la procesión. El administrador del Pazo de Oca, el empresario estradense Gonzalo Figueiras, porta el estandarte de la Casa Medinaceli con el Sagrado Corazón. Lo ha hecho durante los últimos veinte años. Le siguen las imágenes de la Virgen, San Antonio y el Niño Jesús. Pablo de Hohenlohe y Medina camina tras las tallas, como un vecino de Oca más. Le acompaña su esposa, María del Prado, y sus dos hijas, Alegra y Cecilia. Como es habitual, otras de las personalidades invitadas por el duque de Segorbe, Ignacio de Medina y Fernández de Córdoba, secundan la procesión en un día grande en el que un niño de Oca vive también su propio momento especial: su Primera Comunión.

Las voces del coro de Oca ponen la banda sonora a la jornada. Ignacio de Medina sigue los oficios y contempla a la comitiva procesional desde la balconada que une la capilla con el pazo. Al término de la celebración religiosa, los invitados se desplazan a los jardines para continuar con la reunión. El duque de Segorbe se unirá a ellos un poco más tarde, después de compartir un aperitivo con los integrantes de la coral. Todo está dispuesto para recibirlos en la sala de juegos.

Miembros de la nobleza, la política y la cultura se citan cada año en este día especial para el Pazo de Oca, empañado este año por las banderas que ondean a media asta en señal de duelo por el reciente fallecimiento del duque de Medinaceli, Marco de Hohenlohe, hermano de Pablo. Entre los asistentes se citaron ayer el presidente del Parlamento de Galicia, Miguel Ángel Santalices; la senadora María Jesús Sáinz; el cónsul Adriano Marques de Magallanes, o el dramaturgo catalán y uno de los promotores de Ciudadanos, Albert Boadella, entre otros. El duque de Segorbe ejerció de anfitrión, al igual que su sobrino Pablo de Hohenlohe y sus respectivas esposas, la princesa María de la Gloria de Orleáns y Bragança y María del Prado, hija de los marqueses de Caicedo.

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