A comienzos del año pasado comenzó a barajarse la posibilidad del ENIL como una de las herramientas para la protección de la Fraga de Casas Vellas e impedir que fuese atravesada por la Línea de Alta Tensión (LAT) proyectada por Fenosa y para la que tiene todos los permisos en regla. En febrero el anterior grupo de gobierno anunciaba que encargaría a una empresa el trabajo para el ENIL. Mientras, la plataforma Salvemos Catasós continuaba con su incesante trabajo de sensibilización para mantener viva una tensión social y que la ciudadanía tomase conciencia del daño ecológico que el tendido suponía para la localidad. En mayo se exigía al Concello que apurase la tramitación de este elemento de protección y, finalmente, el estudio era encargado a un experto en botánica de la USC que costó varios miles de euros. Con Alonso al frente de la concejalía, se descartó este informe y se anunció que el ENIL sería elaborado por técnicos municipales. Después el gobierno local recurrió a Martiño Nercellas, que preparó un extenso documento en el que proponía que el ENIL no se limitase a Casas Vellas, que hizo sin coste. Finalmente la persona encargada de este expediente es la bióloga Carmen Casalderrey.