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Iria Calvo: "Queremos que los niños entiendan que aprender y divertirse no es incompatible"

El método aborda el desarrollo de la inteligencia en tres dimensiones: mente, cuerpo y emoción

Fesanpas organizó ayer una jornada de puertas abiertas en las aulas de Nenoos. // Bernabé/Cris M.V.

Hace ya tres años que A Estrada, a través de la Federación Estradense de Anpas (Fesanpas), se sumergió en el programa Nenoos, un método integral que busca trabajar de forma simultánea los dos hemisferios cerebrales y fomentar el desarrollo general del alumno con una perspectiva tridimensional: mente, cuerpo y emociones. En el ámbito municipal, el método arrancó con una docena de niños y este año, a lo largo del curso, se matricularon 29 escolares en la actividad. La coordinadora de Nenoos para el norte de la provincia de Pontevedra, Iria Calvo, lo interpreta como "una señal de que las cosas se están haciendo bien". El método abrió las puertas de sus aulas en la tarde de ayer a todos los interesados en comprobar cómo es posible aprender jugando.

-Muestran el método educativo integral Nenoos a las asociaciones de padres de A Estrada. Se presenta como herramienta para el desarrollo de la inteligencia de forma divertida y eficaz. ¿Cuáles serían sus claves?

-Partimos de intentar conseguir un desarrollo integral de los niños y de las niñas. Trabajamos sobre mente, cuerpo y emociones. No solo trabajamos sobre juegos educativos y ábaco que es, a lo mejor, lo que más se conoce de este tipo de programas sino que también trabajamos mucho psicomotricidad, disección y reconocimiento de emociones y habilidades sociales. Al final todas las dimensiones influyen unas en las otras y para una buen desarrollo mental tienes que tener una buena condición emocional y una buena disposición física.

-¿Cómo se articula esta tríada mente-cuerpo-emociones?

-Nos pasa también a los adultos. Cuando emocionalmente te encuentras mal, estás estresado... no eres capaz de rendir a nivel de procesos mentales adecuadamente. Consideramos que si tú funcionas bien a nivel emocional y físico, va a ser más fácil que los procesos piscológicos y cerebrales funcionen mucho mejor. Y todo ello, que es la parte más interesante para los niños, es que lo hacemos jugando, divirtiéndonos, de forma espontánea y con alegría. No lo ven como un trabajo. Para ellos estas tres dimensiones van por debajo de "yo voy a Nenoos a pasármelo bien".

-¿Es posible entonces? ¿No es una utopía pensar en que puede aprender jugando?

-(Risas). Sí, es posible. Hay que trabajar mucho pero es posible. Ellos lo ven como algo divertido. Jugamos, no compiten entre ellos, que creo que también es algo importante de nuestra forma de trabajar, que es una cooperación y no una competencia. Crea un ambiente en el que los niños es más fácil que se diviertan, sean ellos mismos y saquen lo mejor de sí mismos.

-¿Qué actividades proponen para incidir en este método de aprendizaje?

-Durante el curso escolar hacemos lo que denominamos 360: cubrimos los 360 grados del individuo con las tres dimensiones. Todos los días tenemos un programa basado en el movimiento, para que ellos saquen toda esa energía extra que traen del resto del día, se relajen, se motiven a trabajar y vean que no tienen por qué estar sentados todo el tiempo, que también consiste en moverse a veces el trabajo. Les hace salir de esa rutina de 'siéntate y trabaja y no hagas otra cosa'. Después trabajamos con ábaco y juegos educativos para mejorar atención y concentración y sobre emociones hacemos muchos juegos, roll playing, que sean capaces de ponerse en lugar del otro. Esto le resulta muy eficaz a la hora de sacarlo fuera de clase y ponerlo en práctica Cuando a veces les das alguna estrategia, prueban y luego te comentan: "es verdad, que si le contesto así a mamá no se lo toma tan mal".

-Exámenes a edades tempranas, las reválidas que están ahora de actualidad? ¿La presión y, con ello, el estrés ocupa el tiempo de juego?

-Creo que el estrés es importante, porque sí que lo notamos. La dimensión "emotion", de tratar las emociones, surgió un poco como demanda de las necesidades que se vieron en los grupos de niños, que sí que había un estrés que sorprendía, porque había que gestionarlo para poder empezar a trabajar en clase. Y era curioso. Sí que hay cierto estrés asociado a su vida diaria en estos momentos. Y el juego, no creo que se esté olvidando, pero sí que creo que se ha perdido un poco el tipo de juego que teníamos antes. Nosotros nos basamos en volver a esto. No nos ofrecemos a las tecnologías, son más trabajos de juegos con construcciones, tangram, problemas lógicos... Nos vamos un poco fuera de las nuevas tecnologías que, a lo mejor, sí que es lo que ahora se usa más a la hora de jugar. Y que está muy bien pero bueno...

-¿Igual con tanto aparato encendido se apaga un poco la imaginación?

-Sí. Está muy bien tener tecnologías y, obviamente, son necesarias para la vida diaria, pero todo tiene cabida.

-¿Cuál es el perfil de alumnos que pueden beneficiarse de este método?

-Nosotros trabajamos con niños desde los 3 hasta los 12 años, hasta que salen de Primaria. Agrupamos a niños que, por rango de edad, son capaces de conseguir los objetivos del programa. Pero sí que es cierto que nos está pasando que niños que entraron con 11 o 12 años y que ahora los tenemos con 14 años en algún grupo porque les gusta y quieren acabar el programa. Que un niño de 14 años decida venir es significativo.

-¿Cuál es la meta?

-El desarrollo integral de los niños como personas. Y que se diviertan, sobre todo, que no se quede atrás esta parte. Que aprendan que divertirse y aprender no son incompatibles, que creo que a veces, como compartimentamos todo tanto, les damos la sensación de que una cosa no es compatible con la otra. Intentamos que aprendan que la enseñanza y el aprendizaje son cosas divertidas.

-En plena expansión por España, ¿qué resultados están observando?

-Creo que la acogida es muy buena. La mayor parte de los padres que vienen repiten y la mayor parte de los niños siguen queriendo venir. Creo que ese es al final el mejor referente que tenemos de que la actividad funciona bien. Los padres porque ven resultados a nivel educativo y escolar y los niños porque vienen a pasárselo bien.

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