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A Estrada combate la amenaza asiática

Emerxencias se refuerza contra la 'Vespa velutina' y los apicultores piden la colaboración ciudadana para frenarla

Las abejas, plato fuerte en la dieta de estas avispas. En la imagen, una colmena local. // Bernabé/Cris M.V.

"Vino para quedarse". Es una reflexión en voz alta del apicultor estradense José Manuel Brey, integrante de la Asociación de Apicultores de Pontevedra. El sector lanza un SOS al conjunto de la ciudadanía para que colabore con la pretensión de poner freno al avance de la avispa asiática o, lo que es lo mismo, la Vespa velutina. Mientras los servicios municipales de Emerxencias amplían su equipamiento para hacer frente a esta especie invasora, una jornada formativa organizada para este viernes pretende mostrar a los estradenses cómo combatir su proliferación, tratando de hacer comprender a los asistentes que su expansión no perjudica únicamente a los abejas, sino que estas son únicamente el primer eslabón de una gran cadena.

Llegó en el año 2004 de forma accidental a Francia procedente de China. En 2010 se produjeron los primeros avistamientos en España y en 2013 comenzó la colonización en distintos puntos de la geografía gallega. Zonas como las Rías Baixas o la Mariña Lucense son áreas en las que, por ahora, ha habido una mayor concentración de estos insectos. Sin embargo, se aguarda que aproveche cauces fluviales como el del Ulla o el transporte maderero para continuar su avance.

La alarma y el miedo generado por la Vespa velutina o avispa asiática entre la población ha hecho que en los últimos años los servicios de emergencias contabilicen un importante número de avisos ciudadanos. En 2015, el servicio municipal de Emerxencias de A Estrada pudo recibir en torno a 60 llamadas para la retirada de nidos de avispas. Solo en tres de estos casos se comprobó finalmente que se trataba de esta especie invasora.

No obstante, Emerxencias se ha reforzado de cara a la próxima temporada, esperando que con el inicio de la primavera los nidos recuperen la actividad. Además de contar con tres trajes nuevos para proteger a quienes retiran estos nidos -son más gruesos y reforzados que los que se emplean para la evacuación de nidos de la avispa común-, el servicio aguarda contar en breve con pértigas para hacer frente a la altura que habitualmente caracteriza los asentamientos de la Vespa velutina. Gracias a estos mangos telescópicos, se podría rociar el nido con una especie de insecticida manteniendo cierta distancia.

La charla sobre la avispa asiática organizada el viernes en A Estrada -es a las 19.00 horas en la Sala Abanca- está abierta a la participación de todos los interesados. Será impartida por el presidente de la Asociación de Apicultores de Pontevedra y por la veterinaria de la Agrupación de Apicultura de Galicia. La veterinaria de este último colectivo, Esther Ordóñez, reconoció también ayer que esta es "una plaga que vino para quedarse", por lo que habrá que "aprender a convivir con ella y a luchar contra ella".

Señaló que para combatirla hay dos formas de hacerlo. El más sencillo y económico es el trampeo: poner trampas con sustancias atrayentes para intentar atraer a las reinas que salen de su letargo invernal, ahora, a comienzos de primavera. Recalcó que cada reina que se capture supone la extinción de un futuro nido de Vespa velutina. Ello concede una ventaja importante, teniendo en cuenta que, después, encontrar y acceder a estos nidos puede resultar complicado.

Los momentos para la colocación de estas trampas -muchas de manufactura casera y muy económica- serían con el inicio de la primavera y en septimebre-octubre, cuando vuelven a salir las reinas del nido.

Algunos apicultores explican que una botella de agua de litro y medio puede servir para configurar una de estas trampas. Para atraer a la reina de la avispa asiática se emplearía un líquido atrayente, caso de cerveza negra mezclada con vino blanco y zumo de arándano, o bien, un cuadro de cera con miel y polen mezclado con un litro de agua.

Evitar daños colaterales

En todo caso, los expertos advierten de que este tipo de trampas tienen el problema de que no son selectivas, de modo que podrían entrar otros insectos. Por ello recomiendan tener cuidado para no capturar otros insectos que resultan beneficiosos para el medio y que tienen su propia función en la cadena trófica. Será una cuestión esta en la que se incidirá en la charla del viernes para intentar evitar o reducir los daños colaterales.

"Son unas avispas que no son realmente agresivas", aclaró Esther Ordóñez, si bien matizó que, si una persona es alérgica, obviamente la cantidad de veneno que puede inocular es mayor que el de una avispa común. Apuntó que buscan hidratos de carbono, por lo que sería factible encontrarlas en árboles en floración, de manera que habría que incidir en poner trampas en árboles como las camelias, por ejemplo. Aunque tienen tendencia a escapar, si uno se acerca a menos de cinco metros a uno de sus nidos, lo normal sería que se defendiesen por entender que este está en peligro.

El pico de máxima actividad de la Vespa velutina es entre septiembre y octubre, incidiendo sobre las colmenas a partir de agosto y septiembre. En ese momento van aumentando su población. "Necesitan más proteínas y las buscarán en nuestras abejas", apuntó esta veterinaria.

Recalcó Esther Ordóñez que esta no es una cuestión que afecte únicamente a los apicultores, sino que alcanzará a distintos sectores. "Las abejas son las más importantes polinizadoras a nivel mundial; la nutrición humana depende en un 35% de la abejas", remarcó. Por ello se pide a la población que ayude a los apicultores en la lucha contra esta plaga. Inciden en que la falta de abejas repercutiría seguidamente en la agricultura, la ganadería, el sector forestal o la fruticultura.

Un problema de todos

Apicultores estradenses inciden en este mismo sentido en que la invasión de la avispa asiática es un problema de todos, de ahí que pidan la colaboración los ciudadanos para alertar de la presencia de nidos o, llegado el caso, colocar trampas que contribuyan a controlar su población. Recalcan que el territorio es muy amplio y que el control se hace muy difícil.

Brey explica que un nido de velutina en plena actividad puede nutrirse con medio kilogramo de abejas al día. Esta amenaza hace que baje la polinización y ello contribuye a menores producciones. Este apicultor recalca que, si la proteína la extrae de las abejas, los hidratos de carbono los extrae de la fruta.

En cuanto al protocolo de actuación cuando se descubre uno de estos nidos, arranca con el aviso al 012. La empresa Tragsa realizar la retirada. No obstante, el coordinador de Emerxencias en A Estrada reconoció que si el número de nidos es tan elevado como se prevé, resultará muy difícil que este personal pueda controlar por sí solo todas las alertadas, de manera que los servicios de emergencias tendrán que contribuir. Para ello los de A Estrada cuentan ya con un material que pretenden ampliar y recibieron formación para proceder. El hecho de que estas avispas empleen mucho los ríos para su expansión y la concentración de frutales como el manzano en tierras estradenses recomiendan tener vigilada a esta invasora.

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