El año que está a punto de comenzar es el elegido por Jaime Blanco Dios para dar a conocer en todo el mundo una nueva especie micológica encontrada en la parroquia lalinense de Vilatuxe. Este ingeniero agrónomo especializado en micología conserva orgulloso un ejemplar de Lactarius lalinensis que engrosará el número de hongos ya conocidos por la ciencia.
-¿Cómo dio con esta nueva especie?
-Realmente el que lo encontró es un miembro de nuestra asociación que se llama Pancho Lameiro. Una persona muy activa, que fue el que encontró el primer ejemplar en Vilatuxe. Después, fui yo a ver más ejemplares para poder catalogarlo correctamente.
-¿Qué características tiene Lactarius lalinensis
-Se trata de lo que se conoce como un taxón encuadrado en la sección Olentes del subgénero Rhysocibella, caracterizado por albergar especies con olores muy marcados y característicos, en este caso es un olor muy intenso a achicoria torrefactada que se conserva en estado seco. Además, el ejemplar de Vilatuxe presenta esporas de dimensiones muy superiores a las especies más cercanas que se conocen hasta la fecha.
-¿Quedan muchas especies todavía por descubrir?
-Hay más de las que nos pensamos, sobre todo en lo que a hongos se refiere. Yo creo que este año próximo llegará a la cuarentena tranquilamente. Empecé con esto en el año 2001, y si llego a publicarlo todo llegará como digo a las 40 entre especies, variedades y formas. Lo de descubrir hongos es una auténtica lotería, una coincidencia o suerte, si quieres. Necesitan unas determinadas condiciones de temperatura y humedad. Puede ser que sólo se dejen ver durante tres días en todo el año. Puede ser que estén al lado de tu casa y no los llegues a encontrar nunca. Ya digo, todo depende de la suerte que tengas.
-¿Es fácil saber que se trata de algo nuevo en cuanto lo ves?
-En realidad, hay que exprimir el tema y buscar en la bibliografía muy bien para estar acertado. Por eso este tipo de hallazgos y confirmaciones llevan su tiempo hacerlas bien. Como te decía, en este caso fue más sencillo por ese olor tan inconfundible a achicoria tostada que me hizo encuadrarlo en un grupo de especies más concreto. Hay que tener en cuenta que el noventa y pico por ciento de las setas que hay en Europa están descritas, pero es un mundo no del todo explorado, en el que no se sabe bien lo que hay y siempre quedan dudas.
-¿Se podría dar el caso de que en Deza apareciesen nuevas especies en un futuro no lejano?
-Es posible que eso pueda suceder porque Deza es una zona que no tenemos demasiado estudiado y que, sin embargo, nos consta que es muy rica micológicamente hablando. Aún queda por estudiar bastante, afortunadamente para los que como yo nos gusta la micología. De todas formas, como somos muy pocos los que nos dedicamos a esto, damos lo que damos, y es una labor complicada porque nos lleva mucho tiempo poder recopilar la información.
-¿Es peligroso comprobar si una seta puede ser venenosa?
-Los micólogos probamos sin tragar y luego escupimos. En la descripción ponemos comestibilidad desconocida y no pasa nada. Luego, en los cursos que organiza Brincabois, los alumnos siempre preguntan si las setas se pueden comer, y yo les respondo todas las veces lo mismo: Se pueden comer, por lo menos, una vez. Claro.
