Los socialistas de Vila de Cruces alertan de que, desde hace años, el manantial que surte a las aldeas de Outeiro y Reboredo, en la parroquia de Merza, está contaminado. El asunto salió a colación en el pleno de este lunes, puesto que en las inmediaciones del manantial se ubica un aserradero, también desde hace tiempo. Esta empresa amplió naves y ahora mismo se encuentra en trámites de legalización de las mismas. Le compete al Concello elaborar un informe medioambiental en torno al impacto de esta industria en la parroquia. Durante su intervención, el edil socialista, Xurxo Guzmán, conminó al gobierno local a que en dicho informe tenga en cuenta la presencia de dicho surtidor de agua.
Además del aserradero, en las proximidades del manantial también se ubican unas granjas. En ningún momento el PSOE denuncia a estas empresas como responsables de la contaminación del pozo. "Pero hace tiempo se realizaron unas analíticas y los resultados indicaban que el agua no era recomendable ni para lavarse". Este manantial surte a más de medio centenar de viviendas de las dos aldeas mencionadas, aunque algunas de ellas tiene además acceso a la red de traída municipal, que se abastece de una captación en el río Toxa. Pese a las analíticas y debido a la imposibilidad de alternativa, la gran mayoría de vecinos de Outeiro y Reboredo siguen utilizando esta agua para sus quehaceres habituales, salvo para beber. "En este caso, se desplazan hasta A Carixa" o incluso a una fuente de Merza, señala Guzmán. El portavoz socialista, al mismo tiempo que anima al concello a tomar cartas en el asunto, conmina a los vecinos a volver a realizar una analítica de las aguas para saber hasta qué punto son salubres.
Fontao
La contaminación del agua de consumo no es nueva en Vila de Cruces. A finales de 2012 se detectó una elevada concentración de arsénico en el manantial que surtía al poblado minero de Fontao. Durante varios meses el gobierno local solventó el problema transportando agua a la zona en camiones cisterna, hasta que en septiembre de 2013, hace dos años, el poblado se enganchó a la traída de agua municipal. Las analíticas constataron también problemas en el agua de la parte baja de la parroquia. En este caso, desde la Consellería de Sanidade se realizaron analíticas sin coste para los vecinos afectados.
