Si la reunión con la ministra no logró contentar a gran parte de los sindicatos agrarios, el anuncio de ayudas de 300 euros por vaca para las explotaciones que no cubran costes de producción fue recibida por gran parte de ellos como "un parche que no resuelve el problema estructural del sector". Para la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) con esta medida "el ministerio solo busca acallar nuestras protestas". Para el sindicato la clave está al remate de estas ayudas. Aunque valoran la medida replican que no atajará las causas de la crisis. Reconocen que este tipo de actuaciones ayudarán a los ganaderos a soportar el tirón y evitará la ruina de muchos de ellos. Pero sus dudas sobre la eficacia de esta medida a largo plazo les llevan a reclamar un acuerdo de toda la cadena para que los ganaderos cubran costes de producción como en otros países.

En términos similares se mostró el representante de la Federación Rural Galega (Fruga), Elías Somoza, quien recriminó que "el sector lácteo no se arregla con limosna, esa propuesta no va a desmovilizarse". El sindicalista criticó que solo pretenden ayudar a 2.500 explotaciones de las 10.000 de todo Galicia. Reivindicó un pago justo de la leche que permita la supervivencia de las explotaciones "queremos que se pague por nuestro producto, no queremos el dinero de nadie", espetó y al tiempo recordó que aún se paga más un litro de agua de que uno de leche.