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Roberto García: "Unións es el único sindicato que queda sin desmantelar"

"No tiene sentido que en Deza se promocionen las plantaciones de castaños"

Roberto García, durante la huelga lechera de 2012. // Bernabé/Javier Lalín

El sindicato Unións Agrarias celebra mañana y pasado en Santiago su noveno Congreso Nacional, en el que además de analizar los nuevos retos del sector en un mercado globalizado se escogerá una nueva ejecutiva. El plazo para presentar candidatura se cierra mañana, a las 16.00 horas. Una de las listas que sí está confirmada es la que lidera Roberto García. De revalidar el cargo, en 2017 cumplirá 30 años al frente de la organización.

-Asumió la secretaría general de Unións cuando acababa de implantarse el sistema lechero de cuotas. Dentro de cuatro meses, se extingue. ¿Qué ha cambiado en Unións y en el sector lácteo durante estas tres décadas?

-La ventaja es que Unións fue evolucionando conforme a la realidad, de modo que por entonces era el sindicato más joven y ahora es casi el único que queda, dado que el sindicalismo está sufriendo un desmantelamiento. En estos 30 años se han conseguido granjas más profesionalizadas, pero también más endeudadas para ser más competitivas. Pero todavía se mantiene un lastre importante a la hora de dar prestigio a la profesión y mejorar la calidad de vida en el rural. Porque aún hoy, si quieres vivir en el rural, tienen que asumir que vas a carecer de colegios, centros de salud o guarderías. En cuanto al sistema de cuotas, es cierto que multiplicamos nuestra producción, al pasar de menos de un millón de toneladas a 2,5 millones, pero a costa de pasar de 70.000 granjas a casi 9.000. Ayudó, y mucho, que en 2005 se prohibiese la compraventa de cuota y que la reasignación de la misma fuese gratis, desde entonces.

-¿Es mejor el escenario que nos depara en el futuro?

-Tenemos el freno de que los gobiernos gallego y español decidieron que la nueva PAC siga primando a propietarios agrarios o a beneficiarios que no tienen una actividad agraria activa, de modo que aunque Galicia tiene el 7% de la producción, solo recibirá el 3% de las ayudas o, por ejemplo, un tercio de lo que van a cobrar los ganaderos de Navarra o de Castilla y León. En la práctica, esto va a frenar el alquiler de tierras. Además, al margen de la falta de base territorial, también tenemos una industria capaz de competir, porque es muy pequeña y se limita a envasar leche en un cartón. Esto nos lastra a la hora de abastecer el mercado nacional, que invierte en torno a 1.000 millones de euros en importar derivados lácteos. Está claro que falta una iniciativa pública y fondos propios de la administración para la industria, pero también para otros sectores como la huerta.

-Está claro que la administración ha fallado en la promoción del sector agroganadero. ¿Cómo valora la gestión forestal?

-Hay sitio para todo, pero está claro que las reforestaciones han de hacerse en el monte, no en tierras cultivables. No tiene sentido que en Deza se incentiven las plantaciones de castaños, por ejemplo. Si la Xunta toma fotos aéreas para retirar ayudas, también debería controlar con este sistema las reforestaciones.

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