La borrasca Petra ha dejado a su paso por la comarca un reguero de árboles caídos y varias aldeas a punto de ver cómo se anegaban las plantas bajas de sus viviendas. Sus efectos se concentraron durante la tarde, con intensas lluvias que, según los datos de la estación de Meteoclimatic en Vilamaior (Rodeiro) alcanzaron los 38 litros/m2. En Rodeiro las precipitaciones causaron el deshielo de la intensa nevada que cayó en los dos últimos días, y de ahí que las riadas amenazasen con entran en las casas de las aldeas situadas al pie del Monte Faro. El alcalde, Luis López, realizaba pasadas las 21.00 horas un recorrido por todas las parroquias para valorar los daños.

En idéntico trance se encontraron los vecinos de la aldea de Toxa, en Silleda. Alertaron a los bomberos porque el agua entraba en sus viviendas -sin llegar a anegarlas- debido a una canalización mal hecha varios metros más arriba. Como explican desde este servicio, la cañería se vio desbordada y el agua terminó vertiéndose sobre la pista que conduce al lugar. Los bomberos poco más pudieron hacer que achicar en el interior de las casas. El retén tuvo una tarde muy ajetreada, al tener que desplazarse también a la parroquia lalinense de Madriñán para sofocar el incendio de una chimenea de leña. A la zona también se desplazaron efectivos de Protección Civil de la cabecera comarcal dezana.

Las rachas de viento también motivaron salidas a diversos puntos de la comarca dezana. De nuevo, los bomberos se encargaron de retirar árboles desplomados en Breixa; la carretera que enlaza la localidad silledense de Pontes con Vila de Cruces; en Dornelas, en Toxa y, por último, en una pista próxima al recinto ferial de la Semana Verde.

En Agolada, su equipo de Protección Civil también se afanó en cortar árboles caídos en varias pistas del entorno rural. Además, estos efectivos tuvieron que limpiar varias alcantarillas del casco urbano, atascadas por los arrastres de tierra y hojas. Según Meteogalicia, en la madrugada de hoy volverá a entrar otro nuevo frente.