El documento de avance de la Estratexia da Paisaxe Galega que elabora la Consellería de Medio Ambiente sobre la comarca dezana, destaca el dinamismo de la cubierta vegetal de ésta, en la que se distingue una matriz central con diferentes usos del suelo y una segunda área ubicada hacia el exterior de la comarca y coincidiendo con los rebordes montañosos, en la que se combinan matorrales con plantaciones forestales y bosquetes de frondosas. Hay que recordar que Deza será pionera en la aplicación del también llamado "catálogo da paisaxe", con el que se pretende ordenar los recursos y su territorio.

Así pues, el esbozo de este catálogo para los concellos dezanos sostiene que su paisaje presenta un "dinamismo fruto de la gran diversidad de usos y aprovechamientos tradicionales del suelo". No obstante, el progresivo abandono de la agricultura en pro de otras actividades vinculadas al sector industrial y servicios motiva que en los últimos tiempos se esté dando un "abandono de las actividades tradicionales en el medio rural y la proliferación de extensiones recubiertas de matorrales, terrenos a monte y pastizales" que sustituyen a los cultivos. El estudio matiza que este abandono es más frecuente en las zonas más altas de la comarca

A pesar de dicho cambio en los usos del suelo, las superficies forrajeras siguen ocupando el mayor porcentaje del paisaje dezano, pero eso sí, los dueños de estas parcelas optan, cada vez más, por las plantaciones forestales, ya sea de pinos y eucaliptos o de castaños. También, en lo que antaño eran tierras labradas ahora aparecen superficies arboladas de frondosas.

En lo que concierne a la cobertura vegetal, el documento de avance reseña que la comarca dezana se divide en tres áreas: las zonas bajas de topografía suave y con menos de 600 metros de altura; las zonas más elevadas y de topografía más contrastada, por encima de dicha cifra y, por último, un conjunto vegetal en el que priman parcelas de plantaciones forestales. Como es obvio, las zonas más bajas son las más aptas para el asentamiento de actividades humanas, gracias a la benignidad de las condiciones climáticas y a las buenas aptitudes de los suelos. Por ello, la mayor parte de las parcelas están labradas con cultivos para la alimentación del ganado –maíz y centeno– y, en menor medida, con hortalizas, viñedos y frutales. Los pastos también predominan en estas latitudes. Para el estudio de la Consellería de Medio Ambiente es interesante el papel estético "muy significativo" que juegan los vallados que marcan la delimitación de las fincas. Mientras, en las zonas altas se propagan, junto a la arboleda, tojos, brezo y retamas.