A las 6.00 de la mañana todos los expedicionarios se levantan, desayunan y dos horas más tarde comienza la jornada con una conferencia o una visita, la comida al mediodía y por la tarde otra charla, experiencia o una marcha de 30 kilómetros para asentar un nuevo campamento y descansar. Esta era una de las jornadas tipo en la ruta Queztal BBVA 2010 que contó este año con la participación de Pedro Gil Pallares gracias a "Crónicas del Camino", una partitura a cuatro manos para marimba.

La expedición tuvo lugar del 18 de junio al 31 del mes pasado. Es un proyecto educativo con miras a consolidar entre los más jóvenes los cimientos de la Comunidad Iberoamericana. El grupo formado por más de 250 chavales de entre 16 y 17 años de edad recorrió varias ciudades de México, Portugal y España durante las 45 jornadas que duró la expedición.

Según el trasdezano de 16 años, lo que más le ha llamado la atención de su viaje fue la hospitalidad de la gente: "Pedían todo por favor, e aínda que non nos coñecían de nada, ofrecíannos de todo e tratábannos moi ben. Eran moi atentos". Además de esto, le impresionaron los monumentos, mientras que sus ciudades preferidas son Chichén Itzá y Papantla, ambas en México. Para Pedro, ha sido una experiencia inolvidable y, según él mismo cuenta, "non tiña ningunha idea nin espectativas para a viaxe. Non quixen imaxinarme nada para non poderme levar logo unha desilusión. Eu só agardaba coñecer novos lugares e amigos". En la expedición, coordinada por Miguel de la Quadra-Salcedo, "unha persoa moi sabia e sempre é un pracer falar con el", según afirma Gil, participaban chicos y chicas de más de medio centenar de países europeos, americanos y africanos. Según el silledense, lo mejor que esta experiencia le ha aportado son los amigos que ha conocido y "valores como a xenerosidade, compartir e axudar a alguén cando ten un problema, ben sexa físico ou emocional". Él mismo, en una jornada de la ruta, se hizo daño en una pierna en medio de la selva y recuerda que todo el mundo le prestó ayuda y atención. Lo que más le ha costado ha sido soportar el clima mexicano –altas temperaturas y mucha humedad– durante los 20 días que ha estado en el país americano. En Portugal estuvo apenas una jornada, y las demás en España.

Pedro, que hará 1º de Bachiller el próximo curso, reconoce que algún día le encantaría repetir la experiencia como monitor. Entre sus planes también está estudiar Medicina y continuar con la música.