La Praza da Igrexa de Lalín retrocedió ayer unos 30 años en el tiempo. Poco después de las 10 horas varios Mercedes W123 tomaron el centro neurálgico de la cabecera comarcal dezana para formar parte de una de las cinco concentraciones que el club que lleva el nombre de este robusto modelo de la fábrica de Stuttgart organizó en toda España. Los propietarios de este coche, que no dudan en calificarlo como "irrompible" por su fiabilidad mecánica, mostraron orgullosos las entrañas de sus Mercedes a todo aquel que se acercó e intercambiaron experiencias, sobre todo en aspectos puntuales de conservación de sus ejemplares. "Aprovechamos este tipo de reuniones, por ejemplo, para saber dónde podemos encontrar el mejor cromado para las llantas o el taller que mejor nos puede reparar la tapicería", explica Juan Sanmartín, alma mater de la reunión dezana. Junto a él, Diethelm Lenze, presidente del W123 Club España exhibía su orgullo por la muestra automovilística lalinense bajo la carpa montada en las inmediaciones del Casino.

Los propietarios de los W123 llegaron al Kilómetro Cero de Galicia procedentes de otras partes de la comunidad autónoma, pero también de Asturias e incluso desde Valencia al volante de su clásico. Poco antes del mediodía, todos ellos se trasladaron a la sede la empresa de transportes Cuiña, en Silleda, para conocer la exposición de autobuses antiguos de la firma trasdezana. Los participantes en la concentración de Mercedes admiraron el buen estado de conservación de los buses e incluso se subieron a los automóviles que con tanto mimo han restaurado en Cuiña. Los visitantes también pudieron contemplar el trabajo de recuperación de uno de ellos por parte de los mecánicos de la firma trasdezana. La visita tuvo una duración aproximada de 120 minutos. A su conclusión, todo los W123 volvieron a realizar un recorrido por las calles céntricas de Silleda antes de emprender viaje a la parroquia lalinense de Santiso donde, como estaba previsto en el programa de la actividad, todos fueron agasajados con un cocido en un conocido restaurante del lugar.

Tras el ágape, los presentes decidieron reelegir por unanimidad a Lenze al frente del colectivo nacional en premio a su labor al frente del club. Tanto el presidente como varios de los integrantes de la concentración fueron obsequiados con recuerdos típicos de la zona poco antes de dar por finalizada la concentración. A media tarde, los motores volvieron a rugir para devolver a cada uno a su lugar de origen.