El albergue de As Sinas recibió a primera hora de la tarde de ayer a 110 alumnos de A Estrada, O Barco de Valdeorras y Ferrol, que durante toda la semana participarán en las jornadas de educación ambiental puestas en marcha por el colectivo ecologista Adega, en colaboración con las concellerías de Medio Rural y Vicepresidencia.

El programa se engloba en las actividades de concienciación puestas en marcha por la Xunta a raíz de la oleada de incendios que asoló Galicia el pasado verano. Los alumnos, con edades comprendidas entre los 14 y los 17 años, colaborarán durante toda la semana en la recuperación de los montes dañados, al igual que hacen los voluntarios adultos durante el fin de semana. Pero además, se busca inculcar en ellos nociones medioambientales y para ello, ayer se desplazaron al municipio de A Illa de Arousa dónde, además de visitar el vivero de árboles que gestiona el colectivo Gaia, comprobaron in situ las ventajas del compostaje.

En total, serán 400 los estudiantes que se desplazarán al albergue de As Sinas para participar en esta iniciativa. Los 110 que llegaron ayer, permanecerán en Arousa hasta el jueves y aprovecharán su estancia para conocer otras zonas cercanas como las Fervenzas de Barosa, en Barro. Ayer, se dividieron en grupos. Uno permaneció durante toda la jornada en el albergue de As Sinas y el otro viajó hasta A Illa.

Sofía Leis, miembro de Adega y coordinadora del alumnado, destacó la colaboración prestada por vecinos, comuneros y asociaciones, no sólo de A Illa sino de otras zonas en las que se están realizando labores de regeneración como Bamio o Catoira. De A Illa les llamó especialmente la atención la iniciativa puesta en marcha por el colectivo ecologista Gaia y quisieron repetir con los alumnos foráneos las enseñanzas que estos inculcaron hasta el curso pasado a los niños isleños.

Los miembros de Gaia, en su mayoría marineros, dedicaban las tardes a involucrar a los alumnos del municipio en las labores de plantación, en su vivero, de especies autóctonas. Explican que su objetivo era poder contemplar, cuando regresan del mar, un verde distinto al del eucalipto.

Los alumnos desplazados ayer hasta A Illa recogieron estacas de distintas especies de arbustos silvestres. Las muestras se trasladarán al albergue vilanovés, serán sembradas y, una vez que se desarrollen, se plantarán en los montes dañados que los voluntarios intentan recuperar. Los voluntarios, y los propios jóvenes, que a lo largo de la semana se trasladarán a los montes para realizar trabajos de recuperación de la superficie quemada, por ejemplo, a través de la construcción de barreras naturales en zonas, dada su edad, con poca pendiente.

Evolución del compostaje

Pero lo más destacado de la visita de ayer a A Illa fue que los niños pudieron conocer, de primera mano, la gestión de residuos sólidos a través del compostaje, que supuso que el municipio fuese galardonado con el premio Life que premia las iniciativas medioambientales.

Se le explicó que, repartidos por las viviendas de A Illa, había más de medio millar de composteros y pudieron comprobar in situ las distintas fases de maduración del proceso, desde que se eliminan los residuos biodegradables hasta que, tras mezclarlos con tojos, se convierten en abono.

La visita a Gaia y la supervisión de los composteros se completó con una visita a las zonas de monte, dañadas por incendios de años anteriores y que fueron recuperadas por los propios vecinos del municipio. Se trataba de demostrarles el resultado que tiene la labor de voluntariado.

Las jornadas medioambientales tienen también una parte más teórica. El grupo que ayer permaneció en el albergue de As Sinas participó en un juego de rol en el que cada alumno asumía un papel distinto: unos eran madereros, otros ganaderos, otros políticos, otros ecologistas defensores de las especies autóctonas... "El juego sirve de excusa para abrir un debate sobre la gestión de los montes", explicaba Leis.

Plantando semillas

Los alumnos que no salieron de As Sinas también dedicaron parte de su tiempo a plantar semillas recogidas en el monte durante la semana anterior. En total, serán 400 los alumnos que durante las próximas semanas visitarán Arousa para concienciarse de las consecuencias del fuego y para colaborar con la recuperación de las zonas dañadas.

En sitios como Xiabre, la labor de los voluntarios no sólo busca la recuperación de las zonas dañadas. Además, intenta paliar las terribles consecuencias que el desastre en los montes está teniendo para la ría de Arousa. Los voluntarios que, desde el mes pasado, trabajan en la comarca, constataron que la ceniza que las lluvias arrastraron desde las zonas altas está provocando una alta mortandad en el molusco. La ceniza no es tóxica pero, unida a la arena, forma una capa impermeable que no deja respirar al marisco y que le provoca la muerte.