"Luisiño" lleva más de 20 años encargándose de abrir la capilla de San Cibrán cada lunes de Pentecostés para atender durante toda la jornada a los devotos del santo abogado de las dolencias relacionadas con los huesos. "De Pascua a San Cibrán, sete semanas van", dice el refrán.
Este vecino de Vilaxoán recuerda que "el señor Osorio fue el que me enseñó a mí". Explica que antiguamente la capilla era de titularidad privada, de Ana Ameijeiras, y el templo tenía más actividad, pero ahora, supuestamente debido a la falta de sacerdotes, solo se abre una vez al año, ex profeso para la romería de San Cibrán. Por tanto ahora habrá que esperar 365 días para volver a entrar a la capilla, ubicada en las inmediaciones de la Casa de San Cibrán de Cáritas.