La Xunta puso en marcha al inicio de este curso escolar la modalidad de autobús compartido, la cual permite el uso por parte del conjunto de la ciudadanía de las plazas vacías en las líneas de transporte escolar. El balance de estos siete primeros meses de funcionamiento en las líneas afectadas de O Salnés evidencian una tímida demanda vecinal, pues en todo este tiempo utilizaron el transporte escolar compartido 4.500 usuarios, lo que se traduce en 776 viajes al mes, según los datos proporcionados por la Consellería de Infraestruturas e Vivenda.

Teniendo en cuenta que en la comarca saliniense están incluidas en este programa un total de 19 rutas, la media diaria -computando únicamente las jornadas lectivas- se sitúa en apenas dos viajeros por recorrido, una afluencia similar a la de la comarca de Pontevedra, con 30 líneas y 1.400 usuarios mensuales.

En O Salnés la modalidad de autobús compartido se ha instaurado en rutas de seis colegios y cuatro institutos. En Educación Infantil y Primaria son ocho líneas: una en el CEIP de Castrelo (Cambados), dos en el colegio de Coirón-Dena (Meaño), una en el de San Roque, otra en el Viñagrande-Deiro (ambos en Vilanova de Arousa), dos en el CEIP de Noalla-Telleiro y una en el Magaláns-Dorrón (sendos centros en el municipio de Sanxenxo).

En lo que respecta a Secundaria, los alumnos de once rutas escolares comparten autobús con ciudadanos en general, ajenos a la comunidad educativa. Son una línea del instituto Monte da Vila (O Grove), otra del IES de Meaño, cuatro del IES de Sanxenxo y cinco del de Vilalonga (Sanxenxo).

Portavoces oficiales de la Consellería de Infraestruturas, con competencias en materia de movilidad, defienden que "este modelo supone un uso eficiente de los recursos públicos, puesto que incrementa la oferta a los usuarios".

Se trata de ofrecer a los vecinos del rural, donde el transporte público acostumbra a ser deficiente (con escasas frecuencias y conexiones), nuevos itinerarios coincidiendo con las horas de entrada y salida del colegio.

Desde septiembre

La medida se estrenó el pasado mes de septiembre con retrasos y un uso vecinal escaso. La falta de información fue la tónica de la jornada. Algunas de las deficiencias detectadas fueron autobuses sin el logotipo identificativo de transporte escolar compartido y que los conductores carecían de sistema de cobro para que los viajeros pudiesen pagar su billete.

Algunos centros llegaron a denunciar públicamente el caos de esa jornada inaugural. No obstante, el mal pie con el que comenzó el servicio de transporte compartido entre alumnos y usuarios en general no fue exclusivo en la comarca de O Salnés, sino que en el conjunto de Galicia se registraron muy pocos usuarios.

Ahora que el curso académico ha superado su ecuador y ya han pasado varios meses desde que esta modalidad de transporte se puso en marcha, el número de viajeros ha idos aumentando progresivamente, si bien alcanzando cifras modestas.