Hoy es un día grande en Pontecesures, donde se rinde homenaje a uno de sus productos estrella, la lamprea, y celebran una festividad religiosa profundamente arraigada en la historia de la localidad, la de San Lázaro.

De la degustación del preciado pez cartilaginoso, que este año vuelve a brillar por su ausencia, puede decirse que la fiesta sirve para promocionarlo, pero también para dar a conocer un modo de vida y a un colectivo en concreto, el de los valeiros.

Se trata de los pescadores que, mediante el manejo de la nasa butrón, se dedican a la captura del escurridizo pez en el río Ulla, precisamente al lado de la explanada portuaria en la que hoy se organiza la exaltación del producto.

El gobierno de Juan Manuel Vidal Seage dudó hasta el último momento sobre la posibilidad de posponer el evento, dada la escasez de producto en el río. Pero finalmente sale adelante, con la garantía de repartir alrededor de medio millar de raciones de lamprea a la bordelesa, es decir, con arroz en blanco y picatostes.

Los platos se distribuyen desde las dos de la tarde y pueden saborearse en la carpa instalada al efecto, en la que además cabe la posibilidad de degustar otros platos.

Todo ello después de los actos institucionales, que arrancan a las 11.30 horas con la recepción de autoridades en el consistorio y la posterior lectura del pregón.

En lo relativo a San Lázaro, se trata de una romería con una gran cantidad de seguidores no solo en Pontecesures y la comarca de Caldas, sino también en territorios vecinos como O Sar, Santiago, Barbanza y O Salnés. Las misas se ofician a lo largo del día en la céntrica iglesia de San Julián, a medio camino entre el consistorio y el recinto de degustación de la lamprea.