La directora del Instituto Tecnológico do Medio Mariño (Intecmar) Covadonga Salgado revela que el episodio tóxico ya se precipitó a principios del mes de marzo cuando se detectó la presencia de toxinas lipofílicas en la ría de Pontevedra y que poco después provocó el cierre de un centenar de bateas agrupadas en dos polígonos de Bueu. También se comprobó esa tendencia en Muros-Noia.

Salgado señala que dichos indicadores "eran los esperados" que se confirmaron con las últimas analíticas e informes pues indicaban que se habían superado los niveles de células tóxicas admisibles.

Ya en aquel momento, añade, "empezamos a notar incrementos significativos en otros polígonos de Pontevedra y de la ría de Vigo", aunque se trata de un fenómeno natural.