La soledad es una problemática creciente en la sociedad actual. Prueba de ello es que Cruz Roja atendió el año pasado en la comarca de O Salnés a 215 personas mayores que viven solas. Casi el 80% de ellas son mujeres (un total de 171) frente a los 44 hombres.

Estos más de doscientos ciudadanos de avanzada edad participaron en el proyecto Enrédate, cuyo objetivo es reducir la soledad y el aislamiento involuntario de los mayores de 65 años que no disponen de una red social acorde a sus necesidades. Para aumentar y afianzar esta red, Cruz Roja les ofrece soporte emocional, personal y preventivo, no solo mediante el contacto con sus familiares, sino también haciendo nuevas amistades entre los participantes del proyecto. "De este modo, se intenta reducir su sentimiento de soledad y el aislamiento involuntario", explican desde la entidad con sede en la Praza da Constitución.

Para lograrlo, Enrédate (financiado por la Xunta) se basa en tres líneas de actuación: actividades de información destinadas a adquirir los conocimientos técnicos necesarios para disminuir la soledad y el aislamiento, la entrega y préstamo de aquellos recursos materiales y económicos para reducir las vulnerabilidades relacionadas con la soledad y actividades formativas para adquirir competencias personales que fomenten la participación de la persona en la mejora de su problema.

Las personas mayores son una prioridad de Cruz Roja. De hecho a lo largo de 2017 la entidad atendió a un total de 764 jubilados a través de distintos proyectos encaminados a paliar la soledad, prevenir el maltrato, el abuso o la negligencia, fomentar un envejecimiento activo o favorecer su autonomía para permanecer en su entorno habitual, entre otros.

El voluntariado es una de las piezas claves del trabajo de Cruz Roja. En la comarca de O Salnés fueron un total de 35 los voluntarios que colaboraron en los proyectos de mayores. "Las personas voluntarias son una fuente de escucha, de contacto humano y de referente comunitario en la intervención, ayudando a evitar el aislamiento de la persona y propiciando un nexo con la comunidad", destacan desde la ONG.

Aunque socialmente se percibe la soledad como un problema exclusivo de la tercera edad, "esto no se corresponde con la realidad", aseguran desde Cruz Roja O Salnés. Y es que "muchas personas experimentan acontecimientos a lo largo de su vida que pueden interrumpir sus conexiones sociales, ocasionando la pérdida de un contacto con el entorno". Algunas casuísticas pueden ser la de una maternidad joven, el desempleo, problemas de movilidad o dependencia, la jubilación, la emancipación de los hijos, el duelo por un ser querido, el divorcio, la emigración o entrar en situación de pobreza, entre otras.

El último boletín sobre vulnerabilidad social de Cruz Roja revela que a nivel estatal más del 26% de las personas atendidas por la entidad viven solas. De ellas, el 72,4% son mujeres y el 27,6%, hombres. Más de la mitad superan los 80 años.

Concluyen desde Cruz Roja O Salnés que la soledad "es una problemática común entre los colectivos atendidos por la organización, que manifiestan dificultades en sus relaciones sociales y experimentan en una u otra forma situaciones de soledad".