La localidad meañesa de Simes celebra mañana su tradicional festividad de San Blas en una jornada que, al cuadrar en sábado, se prevé reúna a una mayor afluencia de fieles en la iglesia románica de Santa María de Simes, situada a pie de la PO 303. Misas, panes sanadores, reliquia del santo y algunas poxas centrarán la jornada en esta localidad en la que los devotos comenzarán a concentrarse a partir del primer momento de la mañana.

Las misas se sucederán a partir de las 9 y a cada hora hasta las 12 del mediodía, celebrándose a las 13 horas la solemne, la cual estará cantada por la coral parroquial San Miguel de Lores. El grupo de gaitas "Penaguda" de Dena amenizará el atrio y acompañará luego a la procesión. Por la tarde las misas rezadas se repetirán en horarios de 17, 18 y 19 horas.

Durante toda la jornada y al término de cada misa se procederá al reparto entre los devotos de los "panecillos" sanadores de San Blas, una tradición recuperada por el cura párroco Juan Ventura Martínez, y que se iniciaba hace dos años con 500 panes pero que, dada la demanda, la oferta ha crecido hasta los 1.200 que se dispensarán este año. La creencia, como en otros lugares vinculada al santo, refiere el efecto sanador sobre la garganta para los devotos de comen con fe de este pan bendecido, por cuanto el santo Blas de Sebaste es considerado por los fieles abogado de los males de garganta a raíz, según refiere la leyenda, de que el santo salvó a un niño de morir ahogado por una espina de pescado que se había clavado en su garganta.

Otra de las tradiciones recuperada en Simes es que al término de cada misa los devotos podrán besar una reliquia de San Blas que se conserva en un relicario de latón dorado. La pieza fue restaurada en 2014 por el cura párroco que lo halló en un cajón de la vieja cómoda de la rectoral cuando asumió la parroquia en verano de 2013, y que apareció junto con otras dos reliquias de San Antonio y San Roque.

Según atestiguan los vecinos de más edad el besar la reliquia de San Blas era una costumbre que estuvo vigente en Simes, tanto en las misas de novena como en las liturgias del día den santo, hasta bien entrados los años 60 del pasado siglo, de la mano del entonces párroco Valentín Caramés Giadás, quien era natural de Cercedo. Dicho relicario conserva un sello original de autentificación de Roma.