No cabe duda de que la construcción del Eje Atlántico, y particularmente la puesta en marcha del viaducto interprovincial entre Catoira y Rianxo -estrenado en primavera de 2015-, fue un proceso tan ambicioso como complicado. De ahí que durante prácticamente durante una década surgieran todo tipo de dificultades y se produjeran quejas vecinales en municipios como Vilagarcía y Catoira.

En este último caso los más incisivos fueron los comuneros de San Miguel, que ahora ven cómo el TSXG les da la razón e incrementa la cuantía de las indemnizaciones por ocupación temporal de espacio. Pero también se pronunciaron vecinos a título individual, tanto en relación con las indemnizaciones económicas como por los problemas causados por la maquinaria.

A principios de 2016 los vecinos denunciaban que había fincas que no les habían sido devueltas una vez finalizado el periodo d ocupación y otras que les fueron entregadas "sin dejarlas como se encontraban en su estado original, y por tanto llenas de escombros de obra donde antes había viñedos y huertos". Manuel Romero era uno de los afectados y mostraba a FARO como sus propiedades, otrora campos de cultivo, quedaban anegadas tras cada vez que subía la marea.