Hace apenas cinco años, los espumosos eran una rareza en la denominación de origen Rías Baixas. Y ahora son una realidad en constante crecimiento. Ya hay una docena de bodegas que comercializan este tipo de preparaciones, que se venden fundamentalmente en Galicia, aunque una parte significativa también se exporta. Esta Navidad, además, un porcentaje importante de los espumosos de Rías Baixas se degustará en otras comunidades autónomas, lo cual parece relacionado con la crisis política de Cataluña.

César Méndez, gerente de la bodega Terras de Lantaño, sostiene que el procés independentista, "algo repercute, pero tampoco hay que valorar mucho ese tema porque no creo que exista un boicot como tal al cava catalán". En este sentido, plantea que las ventas de la presente campaña de Navidad han aumentado, aunque no en un porcentaje muy elevado.

Paula Fandiño, enóloga de Mar de Frades, manifiesta a su vez que las ventas han crecido este año, y lo achaca a dos factores. "No es solo la situación política de Cataluña, sino también la tendencia actual a consumir productos locales. El mercado gallego está demandando más espumoso Rías Baixas. Ambos factores han ayudado a que suban las ventas".

Mar de Frades ya ha agotado su producción para la presente campaña, y Fandiño hace un balance muy positivo de la misma, pues incluso se han abierto nuevos mercados en Andalucía o el norte peninsular, lo cual podría estar relacionado con el terremoto político de Cataluña. "Siempre estuvimos en Madrid y en la costa mediterránea, pero ahora llegamos a más lugares".

María Sineiro, de Lagar de Besada, declara a su vez que sí han notado un repunte en las ventas, aunque en su caso no quiere establecer un vínculo con Cataluña.

Otra firma que produce espumosos es Eidosela, cuyo mercado principal se encuentra entre Galicia y el norte peninsular. No obstante, en los últimos meses también han recibido pedidos de otras partes de España.

La producción de espumosos a base de uva albariña es de unos 91.000 litros anuales, una cifra que se antoja irrisoria comparada con los 245 millones de botellas que se comercializan de cava. Además, esta denominación de origen no se circunscribe únicamente a Cataluña, pues también ampara viñedos de La Rioja, la Comunidad Valenciana e incluso Extremadura.

Incluso se da el caso de bodegas gallegas con plantaciones en Cataluña, que elaboran cava mediante el método brut. Una de ellas es la cooperativa de Meaño, Paco & Lola.

Otra diferencia sustancial entre los caldos de la provincia de Pontevedra y los cavas es el precio, ya que los gallegos son bastante más caros, con el inconveniente que esto supone para llegar a un público masivo. Así, mientras una botella de vino catalán se puede adquirir por 5 o 6 euros, la del gallego suele costar a partir de los 15.

No obstante, un precio elevado también tiene una contrapartida positiva, pues ayuda a que la imagen de marca de calidad sea más alta. Una impresión que parece corroborar la última auditoría de la consultora Nielsen, que señala que la valoración que hace el público de los Rías Baixas ha crecido. Por precios, es la cuarta denominación de España, solo superada por La Rioja, Ribera del Duero y Rueda.