"La cabrita", un carballo gallego que sobresale sobre especies australianas o americanas, un eucalipto con dimensiones que para sí querrían muchas sequoyas, un magnolio que el propio Stephen Hawking se atreve a definir como la "Catedral Botánica de Galicia", álamos que se entrelazan formando un túnel, cedros que para mirar su copa requieren de prismáticos, son algunos de los numerosos reclamos que sorprenden al visitante de los jardines del pazo de Rubianes, a la entrada de Vilagarcía.

Sin demérito para otros parques públicos y privados con especies igual de interesantes, los ejemplares del pazo vilagarciano impresionan a los numerosos visitantes que estos días recorren una finca de nada menos que 70 hectáreas, 14 de ellas ajardinadas y 25 dedicadas a cultivo de vid.

No es extraño, por tanto, que las visitas guiadas sean uno de los alicientes turísticos que ofrece la capital arousana a los amantes de la naturaleza, pues pueden contemplar especies únicas, muchas de ellas, espectaculares por su gigantesco porte y grandes dimensiones.

De ahí que la Dirección Xeral de Patrimonio Natural se haya fijado en alguno de aquellos ejemplares como el "eucaliptus globulus" que escoltado por otros semejantes vigila desde 1810 la entrada a la noble casa vilagarciana.Y es que solo uno está registrado en el Catálogo de Senlleiras, pero en la finca hay otros que también le van a la zaga en cuanto a tamaño pues como mínimo hace falta un grupo de diez personas para abrazar sus troncos.

Manuel Montoya López, guía del pazo, se paró sobre todo en el "carballo" de la finca, un quercus autóctono, que pasa por ser el más antiguo de Galicia que se plantó en 1600 y resiste como lo que es: un roble de noble savia.

El árbol ha sido catalogado por su enorme porte, pero también por ser el hábitat de uno de los helechos "Davallia comediana" en peligro de extinción y cuya presencia, explica Montoya, "demuestra la pureza existente en el ambiente". Y en este sentido recordó que en Madrid ha desaparecido esta especie vegetal a causa de la contaminación.

A partir de ahí prosigue el camino hacia lo que la familia del pazo califica conmo "jardín de verano" por el hecho de que en él se encuentran especies que generan más sombra y frescura en esta estación del año.

En este lugar llama sobre todo