Con 25 años tan solo a sus espaldas, el Instituto Galego de Formación en Acuicultura (Igafa) de A Illa se ha convertido en una de las grandes referencias formativas en el mundo del mar, una referencia que ha conseguido traspasar fronteras hasta situar a algunos de los alumnos que se formaron en las dependencias de Niño do Corvo en los cinco continentes. Desde Islandia hasta Australia, o desde Thailandia hasta Oklahoma (Estados Unidos) pueden verse caras de exalumnos en el mapa que se encuentra uno al traspasar las puertas del centro y antes de comenzar a recorrer las exposiciones que se encuentran en sus pasillos. Todos ellos apostaron por trabajar en empresas o montar sus propios proyectos lejos de A Illa, sumándose también aquellos exalumnos que trabajan en proyectos de cooperación con países en vías de desarrollo, sobre todo en África.

Además de las orlas de exalumnos desde 1995, entre las exposiciones se encuentran una serie de paneles informativos que recorren todas y cada una de las actividades a las que se dedica el centro, ya que en Niño do Corvo no solo se imparten los módulos de Acuicultura y Mergullo, de los que es un centro de referencia formativa en todo el Estado español, sino que el centro colabora y participa en todo tipo de proyectos. No en vano, las dependencias de Niño do Corvo llegaron a recibir más de medio centenar de visitas anuales de expediciones de otros países interesados en su forma de trabajar, además de convertirse en un centro de formación no reglada, destinado a mariscadores para adquirir competencias como patrón polivalente, buceo en apnea o en marisqueo. El centro también ha despertado el interés del mundo universitario, colaborando en todo tipo de investigaciones con las tres Universidades gallegas.

Su función social, va incluso mucho más allá de la formación, convirtiéndose también en un lugar de recuperación de cetáceos y mamíferos marinos, una actividad en la que se implican directamente los alumnos, algo de lo que pueden dar fe los leones marinos Orzán y Lucero.

Convertido en una de las grandes referencias de formación en las áreas de Acuicultura y Mergullo, el centro cuenta con 36 trabajadores, 21 de ellos profesores y el resto de mantenimiento y administración, así como con 120 alumnos, en su mayor parte gallegos, aunque también de otros puntos del Estado. De esos 21 profesores tan solo tres (José Luis Rodríguez, Maica Andrés e Isabel Fernández) asistieron a la apertura de puertas del centro.

El Igafa comenzó a funcionar en 1992 centrado en la formación en acuicultura como una necesidad para un sector que estaba en pleno proceso de profesionalización, coincidiendo con la creación de otros centros que hoy también son una referencia, como es el caso del Intecmar de Vilaxoán. Esa área siempre ha sido la gran referencia del centro, en el que se cultivan especies comerciales como la langosta, lenguado, besugo o almejas desde que son simples larvas hasta que alcanzan una talla comercial y con las que se forman los técnicos en cultivos acuícolas y los técnicos en acuicultura.

No sería hasta 1999 cuando se implantó la sección de Mergullo, un apartado que cuenta con una gran piscina, un foso y una cámara hiperbárica donde los alumnos se preparan antes de enfrentarse a condiciones reales en el mar. Acceder a este módulo no es tarea sencilla, además de convocarse cada dos años, todos los aspirantes tienen que pasar una serie de pruebas físicas bastante exigentes y ser capaces de enfrentarse a situaciones de claustrofobia antes de poder acceder al curso. A partir de ese momento, los alumnos deberán superar 2.000 horas de formación para conseguir el título de técnico en actividades subacuáticas e hiperbáricas.