La casa de San Cibrán abrió sus puertas en enero de 2005. Desde esa fecha hasta la actualidad han pasado por ella un total de 206 personas con resultados diversos, ya que no siempre se ha conseguido su reinserción en la sociedad, aunque también se han conseguido grandes logros. El tiempo máximo de estancia es de dos años, aunque en algunos casos puntuales, se ha ampliado este tiempo. Durante todos estos años, el perfil de los usuarios ha ido cambiando sobremanera. De hecho, comenzó muy centrada en atender a personas con problemas de drogadicción o alcoholismo sin amparo social o familiar. Más tarde serían inmigrantes buscando un futuro mejor los que entrarían por esa puerta, pero la crisis lo cambió todo, pasando a ser personas sin hogar, e incluso, familias, las que han tenido que pasar por las instalaciones. Desde que entran en la casa de acogida, los técnicos de Cáritas tratan de personalizar un programa para que esa persona pueda reinsertarse cuanto antes a la sociedad, desde cambios de hábitos (horarios, higiene, ...) hasta formarlos para conseguir un trabajo, con iniciativas como los invernaderos que gestionan