El único ingreso en prisión que se ha producido hasta la fecha por los fuegos del trágico fin de semana del 14 y el 15 de octubre ha sido el del funcionario judicial vigués. Pero su encarcelamiento ha sido cuestionado tanto desde la junta de personal de Justicia de la provincia de Pontevedra como por varias asociaciones ecologistas. En ambos casos, se solidarizaron con el funcionario, al que consideran un "cabeza de turco" para calmar las voces críticas a raíz de la virulenta ola de incendios.

Argumentan en su defensa que colaboró en la extinción del fuego causado por él, y que su actuación respondió más a una negligencia que a una acción premeditada. La superficie de monte quemado a raíz de ese fuego fue de una hectárea, muy inferior a la de los grandes incendios que durante esos dos días pusieron los servicios autonómicos de extinción al borde del colapso.

En lo que respecta a los otros dos investigados, el de Brión habría provocado el fuego por negligencia tras hacer una quema cerca de su vivienda, y el incendio resultó afectó a unas dos hectáreas de terreno. Ocurrió también el 15 de octubre.

Mientras, la septuagenaria de Mos está considerada igualmente como responsable de un incendio, que habría empezado después de que ella se pusiese a quemar unos rastrojos. Estas quemas agrícolas estaban entonces prohibidas, debido al riesgo extremo de incendio, derivado de las excepcionales condiciones meteorológicas en que estaba inmersa Galicia, con una prolongada sequía y la previsión de fuertes vientos.

En su día, el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, declaró que el juez había dejado en libertad a la mujer de Mos por razones humanitarias, pues tiene a su cargo a un marido y a un hijo con sendas discapacidades. El incendio supuestamente provocado por la mujer puso en riesgo varias viviendas de una pequeña aldea.