A la espera de determinar cómo el furtivismo pudo mermar la población de centollo, la campaña de pesca que arranca hoy en las provincias de A Coruña y Pontevedra aspira a ser, cuando menos, similar a la anterior, cuando se facturaron 3,6 millones de euros por la venta de más de 270 toneladas de este crustáceo.
Como es lógico, la temporada de pesca del "rey de los mariscos", entre noviembre y junio, suele caracterizarse por dos fases claramente diferenciadas. La primera, más corta e intensa, es la que va desde la apertura hasta las fiestas navideñas -cuando se pesca más y se vende a precios más altos en lonja-. La otra, mucho más sosegada, se desarrolla entre enero y el verano, cuando el centollo entra en veda nuevamente para dejar paso a especies como la nécora.
Si se toma como referencia lo sucedido en la campaña anterior puede resaltarse que en los dos últimos meses de 2016 se despacharon más de 162 toneladas por importe de 2,2 millones de euros, correspondiendo 108 toneladas y 1,3 millones de euros al primer semestre del presente ejercicio.
De esto saben mucho en O Grove, que cada año compite con la lonja de A Coruña en lo que a ventas de centollo se refiere.
La meca, donde la captura del "rey de los mariscos" constituye todo un acontecimiento, despachó más de 23 toneladas en noviembre y diciembre del pasado año, con unos ingresos de 459.000 euros, mientras que en la primera mitad de este ejercicio se quedó cerca de las 17 toneladas y los 293.000 euros.
