Unificar criterios e ideologías tan diferentes como las que conforman el cuatripartito de Cambados no es una tarea sencilla, de ahí que, cada cierto tiempo, salten crisis internas como la que esta semana ha desatado el concejal de Pode, José Ramón Abal, enviándole a la alcaldesa un ultimátum en el que la obliga a escoger entre él o Xurxo Charlín, concejal de Somos y portavoz del gobierno. Aunque la crisis parece más grave que las dos anteriores que se vivieron en el grupo de gobierno, la alcaldesa, Fátima Abal, se mostraba ayer tranquila y aseguraba que "el cuatripartito va a seguir adelante, estoy segura, pero es cierto que debemos sentarnos todos y dialogar para evitar que se registren este tipo de situaciones".

Apelar al diálogo es la única situación que le queda a la regidora, por lo que va a convocar a los grupos políticos que integran el grupo de gobierno a una reunión en la comisión de seguimiento del pacto en la que se tratarán de "limar las asperezas que existen entre dos personas determinadas", analizando cual es el problema y meditando una solución, pero sobre todo, "pensando en los vecinos de Cambados, que es a quienes nos debemos los cuatro grupos políticos". En caso de que la negociación no funcione, el grupo de gobierno quedaría en minoría y expuesto a una posible moción de censura que permitiría al Partido Popular recuperar la Alcaldía, pero ese "es un escenario que todavía no me planteo, porque creo que la situación se puede reconducir perfectamente; no en vano, ya hemos pasado por problemas en otras ocasiones y hemos conseguido superarlos mediante el diálogo, y estoy convencida de que, en este caso, va a ser lo mismo, vamos a tener cuatripartito para rato".

La primera edil lanzó ayer un capote a los dos implicados en esta lucha interna que se ha generado en el cuatripartito. "Entiendo que Abal haya podido sentirse humillado, como él dice, pero también entiendo a Xurxo Charlín, por eso creo que todo va a tener remedio y que, tras reunirnos la próximas semana, volveremos a trabajar en favor de los intereses de los vecinos de Cambados". Su intención es que "cuanto antes se solucione el problema, mejor para todos, y eso solo pasa por que hablemos todos los concejales de lo que debemos hacer y modificar aquellos aspectos confusos del pacto en la comisión de seguimiento, algo que ya teníamos previsto antes de que estallase el enfado de Abal".

Desde que se forjó el cuatripartito, las diferencias entre los integrantes del mismo han sido evidentes en varias ocasiones, aunque han sido tres los problemas más graves que estuvieron cerca de poner fin al pacto. En todos ellos tuvo protagonismo el edil de Cambados Pode, José Ramón Abal. El primero de esos problemas surgió en las vísperas de la Semana Santa de 2016, cuando el edil de Enoturismo se encontraba en Madrid y se enteró por la prensa de que sus compañeros habían decidido cerrar al tráfico, durante unos días, la plaza de Fefiñáns. A Abal esa decisión le pareció una clara usurpación de funciones y se quejó amargamente de la actitud, en especial, de Xurxo Charlín, por no consultarle la medida, cuando él tiene delegadas las competencias sobre el tráfico.

La segunda explosión llegó en noviembre del pasado año, cuando Abal decidió, de forma unilateral y sin consultarlo con sus socios de gobierno, crear una comisión de seguimiento de las actividades a desarrollar coincidiendo con la Ciudad Europea del Vino. Ese gesto incendió al Bloque Nacionalista Galego, que a través de su portavoz, Víctor Caamaño, reprendió con dureza a José Ramón Abal en un pleno, una reprimenda nunca vista entre compañeros de grupo de gobierno en la comarca de O Salnés.

A raíz de esta reprimenda, el BNG exigió una reunión urgente de la comisión del pacto para evitar que situaciones así se volviesen a reproducir. Aunque llegó a celebrarse casi un mes después, el encuentro parece que no sirvió de mucho, ya que mientras la capitalidad de la Ciudad Europea del vino funcionó con notable éxito, no se registró ningún problema público en el cuatripartito, pero a punto de acabarse, las rencillas volvieron a saltar con la acusación de Abal a Charlín sobre la usurpación de sus competencias, algo que considera una "auténtica humillación". La alcaldesa reconoce que "esta puede ser la más fuerte de las tres situaciones que hemos vivido, por el ultimátum, pero no voy a negar que ha habido más roces porque somos cuatro grupos diferentes y con opiniones diversas en determinadas cuestiones, pero no nos queda otra que buscar un consenso; podemos llegar a entendimiento, lo hemos demostrado, y todos hemos cambiado, como es el hecho de que Abal, antes de anunciar su ultimátum, me lo comunicó en persona, algo que no hizo anteriormente; eso es ya un paso adelante e indica que todos estamos dispuestos a rectificar algunas cosas".

La regidora insiste en que no va a escoger entre uno y otro, porque "soy leal a todos los compañeros de viaje que me acompañaron en su momento, pero si voy a tratar de mediar y de buscar una solución que no solo sea beneficiosa para el cuatripartito, sino también para los cambadeses; tendremos que articular las formas de convivencia entre todos, y especialmente, entre los dos ediles implicados en este problema".