Dos semanas después de los incendios en Armenteira y el monte Xiabre, siguen produciéndose conatos en la zona de Valga. El viernes mismo, el Grupo Supramunicipal de Emerxencias (GES) y los medios de la Xunta de Galicia tuvieron que acudir a la zona de Setecoros, pues el fuego había rebrotado. No tardaron en sofocarlo, pero se mantienen en alerta para evitar que esta situación se repita. "Estamos subiendo al monte prácticamente todos los días", señala el responsable del GES, y presidente de Protección Civil de Valga, José Manuel Otero, "Caamaño".
Otero apunta que "el fuego no siempre se apaga completamente cuando se extingue en la superficie". En este sentido, afirma que en las zonas donde hace tiempo que no arde, o en las que hay abundancia de acacias, el fuego puede llegar a permanecer bajo tierra incluso unas semanas. Si lloviese con más fuerza, terminaría apagándose por sí solo a los pocos días, pero las proverbiales lluvias caídas justo después de los incendios solo contribuyeron a extinguir definitivamente las llamas superficiales.
Los conatos que se han producido en las últimas jornadas en Valga, y que mantienen en alerta a los GES, se habrían producido por lo tanto por la presencia de una fuente de calor muy elevada en el subsuelo. En este sentido, Otero apunta que "mientras el tiempo siga así nosotros estaremos atentos. Los retenes ya están avisados de que pueden ser necesarios en cualquier momento".
Dos grandes focos
Los incendios de hace dos semanas afectaron a varias aldeas de Armenteira, así como a Coaxe (Catoira) y Setecoros (Valga). Por el momento no se han tomado medidas coordinadas de regeneración de las masas forestales quemadas. En el caso de Armenteira, una razón es que todas las parcelas afectadas son de particulares, y a menudo muy pequeñas, lo que dificulta los trabajos de regeneración del suelo o de retirada de la madera.
El monte sigue por lo tanto prácticamente igual a como quedó tras el incendio, que se inició poco antes de las 21.00 horas de un domingo en Fofán, y que se extendería rápidamente, avivado por los vientos del temporal "Ofelia", hacia Gondes y As Pereiras. Eso sí, las hojas de los eucaliptos ponen ahora el contrapunto al manto de ceniza negra que cubre enormes extensiones de esta parroquia de Meis.
En Valga, por su parte, no se ha valorado aún cómo se acometerá la regeneración de los terrenos, entre los cuales los hay de propiedad particular y comunales. No obstante, la actuación no parece urgente, pues se ha descartado que pueda haber arrastres de ceniza a manantiales o fuentes próximas. Además, el hecho de que haya ardido en zonas con arbolado es otra garantía de que no habrá arrastres masivos de materia quemada, puesto que las raíces de los árboles contribuyen a frenar la erosión.
Sin daños en el marisqueo
La Consellería do Mar emitió este fin de semana un comunicado en el que afirman que los técnicos no han encontrado por el momento evidencias de la llegada de sedimentos con ceniza a los bancos marisqueros. No obstante, la Xunta afirma que se mantendrán alerta.
El sector marisquero está muy preocupado, pues recuerda lo sucedido tras la ola de incendios de 2006. Posteriormente, en noviembre se produjeron riadas, y a raíz de éstas algunas concesiones marisqueras recibieron una cantidad enorme de sedimentos quemados. Al depositarse sobre la arena, estos restos de ceniza matan el marisco.
La Consellería do Mar pidió a las cofradías que le enviasen un informe identificando sus bancos marisqueros susceptibles de recibir estos arrastres de ceniza. Dos de los pósitos que se muestran más preocupados son los de Carril y Rianxo, por su proximidad al río Ulla.
