El buen ritmo de ventas de mejillón experimentado en la primera mitad del año, unido a la no menos importante comercialización de producto en las campañas de industria e Italia -desde agosto-, hacen que se detecte cierta escasez en las bateas gallegas.

Tanto es así que algunos productores reservan el "oro negro" de sus parques de cultivo para satisfacer a sus clientes a medida que se acerque la Navidad, por lo que de momento prefieren efectuar descargas "poco a poco".

"Se vendió muy bien durante todo el año y poco mejillón queda ya", explica Francisco Padín, presidente de la cooperativa de bateeiros Amegrove.