En muchos países del mundo, hay una enorme diferencia entre nacer niño o niña. Lo segundo puede ser casi una desgracia, ya que millones de niñas sufren aún en la actualidad agresiones graves a sus derechos físicos y morales permitidas por las sociedades en las que viven. La mutilación genital, la obligación de contraer matrimonio en plena infancia, o tener que abandonar el colegio antes de completar los estudios, son algunos ejemplos. En otros países con problemas de superpoblación, como China, donde las familias no pueden tener los hijos que quieran, que un recién nacido sea una niña es para muchos padres una desgracia, por lo que acaban abandonadas en orfanatos o son vendidas.

Cambados, Ribadumia y Meis organizaron actos durante la jornada de ayer con motivo del Día Internacional de la Niña. En el primer caso, un centenar de alumnos del colegio de Corvillón acudieron al Concello, para participar en el acto. Reunidos en la plaza, la alcaldesa procedió a la lectura del manifiesto aprobado en la Federación Galega de Municipios e Provincias (FEMP), y posteriormente, los niños soltaron un centenar de globos dorados, a los que habían atado una serie de frases que ponen el acento sobre la dolorosa situación que muchas niñas padecen.

En esos breves lemas se contaba, por ejemplo, que 62 millones de niñas no van a la escuela porque en sus países se prima la educación de los varones; que cada tres segundos una menor es obligada a casarse; que han sufrido la mutilación genital unos 140 millones de niñas; o que nueve de cada diez menores que trabajan en el servicio doméstico son de sexo femenino.

El simbolismo de la actividad radica en que esos lemas caerán a tierra cuando los globos se pinchen o desinflen. Entonces, otras personas podrán leerlas y reflexionar sobre lo que se cuenta en ellas. "Cambiando el presente, estamos también cambiando el futuro"; "invertir en las niñas es una cuestión de derechos humanos"; "la educación es un poder para las niñas y fomenta la igualdad de género"; "las niñas al igual que los niños son una fuente de poder, energía y creatividad"... son algunas de las frases que se elevaron hacia el cielo durante la mañana de ayer en Cambados, y que en algún momento regresarán a tierra para sembrar el mundo con una nueva actitud.

En Ribadumia y Meis, se leyeron sendos comunicados. Fueron actividades organizadas por el Centro de Información á Muller (CIM) comarcal, y en el caso de Ribadumia se llevó a cabo en el salón de plenos. Estaban miembros de la corporación, del CIM y de los servicios sociales municipales. El manifiesto lo leyeron la trabajadora social y el educador familiar.

También se refirió a la conmemoración la presidenta de la Diputación de Pontevedra, Carmela Silva. Llamó la atención sobre las violaciones -incluidas las que se producen dentro del matrimonio, que en muchos países no están penalizadas-, y opina que "no podemos permitir que en pleno siglo XXI sigan sucediendo estos acontecimientos", y recuerda que un mundo "justo y democrático" no puede discriminar a la mitad de la población.