La ausencia de lluvias se está convirtiendo en un auténtico quebradero de cabeza para entidades como la Mancomunidade de O Salnés, que temen que pueda extenderse un problema como la sequía por toda la comarca.

Para tratar de paliar sus efectos en la medida de lo posible, el ente ha autorizado a Espina y Delfín, la empresa adjudicataria del servicio de aguas, a realizar una serie de obras tendentes a evitar que pequeñas traídas, ajenas a la red mancomunada, puedan quedarse sin suministro.

Esas obras consisten en la instalación de conexiones para que, en caso de ser necesario, se les pueda suministrar agua desde la red que gestiona el ente que preside Gonzalo Durán.

Una de esas traídas en la que se han registrado problemas es la de la parroquia vilanovesa de András. Los comuneros de ese lugar llevan años gestionando ellos mismos varios manantiales con origen en Monte Lobeira, y el pasado mes de septiembre, tuvieron que recurrir a la Mancomunidade para rellenar el aljibe con agua procedente de la red de Vilanova.

Los 50.000 litros con los que se rellenó el depósito de cola, paliaron en parte los problemas de una población a la que se le ha comunicado la necesidad de ahorrar agua. Sin embargo, en previsión de que esa cantidad de agua no alcance a cubrir la demanda, la Mancomunidade autorizó a la construcción de una conexión "con la que garantizar agua a, al menos, un tercio de la población de András", explica Durán.

Al resto de las viviendas "será más complicado, porque la presión no alcanzaría a llevar el agua hasta tan arriba, pero en caso de ser necesario, trataríamos de buscar una solución para evitar que puedan quedarse sin agua".

La construcción de esta conexión coincide en el tiempo con unas obras que estaban programadas pero que pueden ser fundamentales para evitar problemas de sequía en otros dos municipios, Meis y Ribadumia. En estos momentos, la Mancomunidade está construyendo un enlace hacia estos municipios directamente desde Treviscoso para aliviar la tubería que traslada el agua hasta O Grove.

Aunque la situación del Umia no está para lanzar cohetes, lo cierto es que la red de suministro de agua de la Mancomunidade no ha sufrido ninguna situación de riesgo a la hora de ofrecer suministro a la población, ni parece que vaya a tener que enfrentarse a ella en los próximos meses. Y eso pese a ver como la comarca consumía el pasado mes de agosto 773 millones de litros, seis millones más que en 2016 y 90 más que en 2015. El río en estos momentos tiene un caudal que apenas supera los 2 metros cúbicos por segundo, el registro más bajo desde 2009 y la mitad de los datos registrados el pasado año, aunque la Mancomunidade cuenta con una presa en Pontearnelas, en las inmediaciones del pozo de captación de Treviscoso, que le garantizaría mantener el suministro de agua. De todas formas, la situación del río obliga a esperar por las lluvias que, este año, "están tardando demasiado en llegar", explica Durán.