Concello y Cofradía de A Illa han remitido una carta a la Consellería de Medio Ambiente en la que reclaman un paso más en la aplicación de medidas de protección para el islote Areoso, cada vez más afectado tanto por la presión del turismo como por los efectos de las mareas.

Esas medidas de protección giran en torno a tres puntos clave: evitar que los restos arqueológicos queden dañados, impedir un impacto medioambiental importante en un ecosistema tan frágil y garantizar la pervivencia del marisqueo en todo el entorno de esta pequeña lengua de arena.

Por este motivo, entre las acciones a realizar, la carta reclama medidas de protección para el yacimiento arqueológico sobre el que se trabajó el pasado verano, un yacimiento que arrojó una gran cantidad de datos que todavía están siendo analizados y cuyo informe se dará a conocer en el mes de diciembre.

La mámoa (dolmen) ha quedado al aire libre y se expone al peligro de ser engullida por las mareas o a sufrir la presencia de personas que no solo desconocen la riqueza que atesora, sino que tampoco respeten su entorno, lo que puede acabar dañándola de forma irreparable. Además, en las inmediaciones existe constancia de más restos arqueológicos que pueden acabar desapareciendo si no se articulan las medidas necesarias y no se acomete un plan arqueológico lo suficientemente amplio para descubrir todos los secretos que guarda el islote.

Otra medida que las dos entidades consideran prioritaria es la limitación de visitas al espacio natural. Al igual que se realiza en otros espacios con unas condiciones muy frágiles, como es el caso de la playa das Catedrais o de Ons, donde se ha limitado el número de visitantes diarios a una cifra que puedan soportar estos entornos.

Algo similar es lo que en A Illa quieren que se aplique en Areoso, lo que obligaría a todos los visitantes a tener que presentar una solicitud con la que Medio Ambiente podría saber perfectamente cuantas personas se acercan al islote.

Además de las cuestiones medioambientales y arqueológicas, la propuesta que realizan desde A Illa también posee un importante trasfondo económico.

No en vano, el islote está rodeado de concesiones marisqueras que gestiona la Cofradía de A Illa, unos espacios que suponen un importante nivel de ingresos para mariscadores y otras artes, como el buceo en apnea.

La masiva concentración de embarcaciones en la zona siempre acaba provocando problemas en esos bancos marisqueros, algo que quieren evitar a toda costa desde el pósito.

Desde hace varios años, la normativa obliga a todas las embarcaciones que se acercan a Areoso a amarrar fuera de un perímetro marcado por boyas, ya que dentro de esa zona, las hélices pueden causar estragos en la producción marisquera.

Es cierto que la mayor parte de las embarcaciones cumplen escrupulosamente, pero todavía quedan muchos que desobedecen esta normativa y obligan a los vigilantes de la Cofradía a dar parte para su correspondiente sanción.

Sin embargo, los vigilantes del pósito no pueden encargarse del control de las embarcaciones a diario, si no solo en momentos muy puntuales, por lo que la Cofradía considera que es necesario reforzar la vigilancia para el próximo verano, algo en lo que debería colaborar la Consellería de Medio Ambiente.

Este mismo verano, los vigilantes de la Cofradía de A Illa tuvieron problemas con varias embarcaciones, que se negaban a retirarse de las inmediaciones del arenal, pese a ser advertidos en reiteradas ocasiones.