En pleno otoño, y cuando las temperaturas alcanzan los 22º en Vilagarcía de Arousa, los alumnos del colegio público A Escardia, situado junto a la estación de autobuses, se ven obligados a soportar un calor excesivo, que llegó a mediodía de ayer a los 30º. La situación no es nueva, ya que se han llegado a superar los 37º en las aulas cuando los termómetros en la ciudad no llegaban a los 27. Los padres de alumnos instan a Educación a tomar medidas urgentes para evitar que vuelvan a repetirse en la primavera situaciones como las que están denunciando en la actualidad.

Para que la demanda no quede en el olvido, tanto desde la representación de los padres de alumnos como del propio colegio se han dirigido nuevamente a la Jefatura Provincial de la Consellería de Educación para solicitar las soluciones que los técnicos estimen más adecuadas con el fin de que las aulas superiores del centro escolar dejen de convertirse en una especie de horno.

La comunidad educativa señala que la situación no es nueva y que fueron numerosas las quejas que se remitieron a la Consellería hasta conseguir que una unidad técnica de Educación se personase en el centro para comprobar el alcance de las reclamaciones.

Consideran que el tipo de cubierta del centro escolar y la ubicación del mismo, con la mayor parte de las aulas hacia el este, tienen especial incidencia en el aumento de la temperatura en el interior del colegio, especialmente en la planta superior.

Cabe recordar que desde que sale el sol hasta las dos de la tarde que los niños abandonan las clases, todas las aulas que dan hacia el este incrementan considerablemente la temperatura, gracias a una especie de efecto invernadero. Tampoco pueden reducir los efectos del sol sobre las ventanas porque en las aulas es necesaria la luz del día para poder desarrollar la actividad educativa.

Las consecuencias son que en las horas del mediodía los niños empiezan a quejarse de las altas temperaturas y a marearse, lo que reduce el rendimiento de la actividad.

Este problema lo han podido comprobar los padres de alumnos en la reunión en la que participaron el martes por la tarde con las profesoras ya que, incluso después de haber transcurrido unas horas del final de las clases, el calor permanecía encerrado en las aulas.

Problema que se repite

Los padres de los niños son conscientes de que esta época de calor en pleno otoño es pasajera y que en unos días la situación de calor sofocante podrá remitir. Sin embargo, advierten a Educación de que el problema volverá a repetirse en la época de la primavera cuando las temperaturas sean normalmente más altas.

Tanto los padres como la dirección del centro escolar creen que hay tiempo suficiente para que los técnicos planteen las medidas a adoptar en este colegio y que se lleven a la práctica antes de la temporada de calor, bien sea colocando protectores en los cristales para reducir los efectos del sol en las aulas, con la instalación de toldos en las ventanas o cualquier otro sistema que se considere adecuado, así como también el correcto aislamiento de la cubierta del colegio.